El gobierno porteño presentó una resolución del Ministerio de Educación que establece que en primaria los alumnos no utilicen su teléfono en el aula ni en el recreo, mientras que en secundaria solo están habilitados a sacarlo si sus profesores lo piden. Pero qué sucede en el resto de la provincia.
El uso de teléfonos celulares en las escuelas, especialmente en los primeros años de la secundaria, está generando crecientes preocupaciones entre los docentes. Según Romina Cavallo, representante de la Fundación Ser y Hacer, los profesores enfrentan dificultades para establecer límites claros respecto al uso de estos dispositivos durante las clases. Mientras que en la primaria se logra un mayor control, en la secundaria, muchos estudiantes no solo utilizan sus teléfonos para actividades académicas, sino que también los emplean para chatear, jugar en línea e incluso realizar apuestas.
Cavallo destaca que el problema no radica en el uso de la tecnología en el proceso de enseñanza, sino en el acceso ilimitado a estos dispositivos personales dentro del aula. Esta situación no solo afecta la concentración y el rendimiento académico de los estudiantes, sino que también evidencia una falta de regulación por parte de los padres y la necesidad de un mayor acompañamiento familiar para establecer límites saludables.
En algunas escuelas, donde se han implementado restricciones temporales al uso de celulares, se ha observado un retorno a la socialización tradicional entre los estudiantes durante los recreos. Esto no solo favorece la salud mental, sino que también revitaliza las interacciones cara a cara, según Cavallo.
Además, un fenómeno preocupante que emerge es la creciente participación de menores en apuestas en línea. Cavallo subraya que muchos adolescentes ya no pueden detenerse una vez que comienzan a jugar, y algunos padres incluso apoyan esta práctica, lo que aumenta el riesgo de desarrollar ludopatía. La Fundación Ser y Hacer advierte sobre la necesidad de educar a los jóvenes y sus familias sobre los peligros asociados con las apuestas y la exposición prolongada a los dispositivos electrónicos, promoviendo un uso más consciente y regulado del celular en el ámbito escolar.