Timoteo, de 13 años, fue atacado por dos jóvenes mayores. Sufrió un fuerte golpe en la cabeza y debió ser hospitalizado. Su familia denuncia falta de respuestas institucionales.
Un nuevo hecho de violencia entre adolescentes conmociona a la comunidad educativa de Punta Alta. Timoteo, un alumno de 13 años de la Escuela Media N.º 5 (ex Colegio Nacional), fue brutalmente agredido por dos compañeros de 15 y 16 años a la salida del establecimiento, ubicado en Villanueva 277.
El ataque ocurrió en la vereda, apenas a metros del ingreso escolar. Según informó la Policía, uno de los agresores le propinó un golpe de puño en la cabeza que le provocó la pérdida de conocimiento. El parte médico confirmó hematomas en el rostro y el cuerpo.
“Mi hijo no quería pelear. Les dijo que no, les ofreció la mano, pero no lo aceptaron. Uno comenzó a provocarlo, y otro le pegó desde atrás. Cayó inconsciente”, relató Sofía, su mamá, en diálogo con medios locales.
La agresión no fue un hecho aislado. Según su testimonio, el conflicto se había iniciado días antes a través de redes sociales, algo que se repite con preocupante frecuencia entre adolescentes. “Esto empezó por redes, como muchas cosas que hoy se dan entre chicos. Pero terminó de la peor manera”, agregó.
Afortunadamente, Timoteo fue dado de alta y se encuentra en su casa, aunque continúa bajo observación. “Fue un golpe muy fuerte en la cabeza. Tengo que estar atenta a cómo evoluciona cada día”, explicó su madre, aún consternada.
El caso abrió además un fuerte cuestionamiento al accionar de la escuela. Según denunció Sofía, desde la institución no se activaron protocolos de emergencia y la comunicación fue deficiente. “La directora no llamó a la ambulancia. Yo me enteré por otros padres. Desde la escuela nadie se comunicó hasta que hablé públicamente en la radio. Después, recién ahí, me llamaron”, señaló con firmeza.
El miedo y la falta de respuestas llevaron a tomar una decisión drástica: Timoteo no volverá a la escuela. “No tengo garantías. Si la agresión fue a dos metros de la puerta, ¿me vas a decir que nadie vio nada? Yo no estoy tranquila de volver a mandarlo ahí”, sostuvo Sofía.
Aunque los padres de los agresores se hicieron cargo del hecho y reconocieron la responsabilidad de sus hijos, el daño ya estaba hecho. “Se comunicaron conmigo, estaban avergonzados. Pero nada de eso repara lo que pasó”, afirmó.
