“Presentamos la estrategia para crear esta ruta que busca generar mayor desarrollo económico, integración entre actividades diversas y aumentar las fuentes de trabajo”, destacó Rodríguez. Y agregó: “Esto brindará mayor interés al cultivo de olivos, motivando viajes turísticos y más movimiento, mientras la provincia muestra su potencial productivo”.
En efecto, a partir de ahora se espera el desarrollo de atractivos turísticos, lo que requerirá inversiones y nuevas infraestructuras. Esto, sumado a la implementación de criterios para habilitar espacios destinados a los visitantes. Al respecto, el Consejo Regional para el Desarrollo del Sudoeste Bonaerense es el espacio estratégico para reunir esfuerzos, canalizar recursos y consolidar una visión de desarrollo sostenible en el territorio.
Entre sus metas, la Ruta del Olivo propiciará el desarrollo de eventos y festivales temáticos relacionados con el aceite de oliva, como catas, talleres y visitas guiadas, incentivando la interacción entre productores, turistas y la comunidad local. A su vez, se va a trazar un circuito de visita, es decir, un mapa turístico, aglutinando ofertas de experiencias, que incluirá un sistema de cupones y beneficios para los visitantes.
Además, se impulsará la capacitación y el desarrollo de instalaciones para mejorar la calidad de la producción y comercialización, sumando prácticas sostenibles y tecnológicas.
Potencial productivo
Las características del suelo y el clima en el Sudoeste Bonaerense permiten desarrollar productos de oliva con propiedades químicas y organolépticas distintivas. En los últimos años se generó un crecimiento sostenido en la superficie cultivada, que implicó diversificación productiva y el uso de tecnología especializada.
Así, hoy aquel territorio tiene casi 50 explotaciones olivícolas, que abarcan unas 2.500 hectáreas y albergan 350.000 plantas. La producción anual estimada supera el millón de litros de aceite de oliva, y parte de la producción es enviada a la región de Cuyo, para mejorar la calidad de los aceites cuyanos.
En cuanto a la actividad, en la zona se utilizan dos sistemas productivos diferentes. Por un lado, está el que usan los productores de menor escala, más artesanal, con marcos de plantación amplios, inspirado en el modelo tradicional europeo. Por el otro, está el mecanismo superintensivo mecanizado, usado para maximizar la eficiencia, que requiere mayores inversiones iniciales.
La migración de productores hacia la agricultura orgánica, libre de agroquímicos, está en aumento como estrategia para acceder a mercados internacionales. En este contexto, se busca fomentar la integración de ambos modelos productivos, promoviendo un entorno de coexistencia.
Esta entrada ha sido publicada el 24 de diciembre, 2024 16:28
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