Se trata del descubrimiento de los restos fósiles de un perezoso gigante a solo 58 kms de Sierra de la Ventana y 73 kms de Villa Ventana. Este hallazgo, realizado en un camino rural cercano a la ruta 85, a unos 9 kilómetros del casco urbano de la localidad de Coronel Príngles, nos ofrece una mirada fascinante hacia la vida y el entorno de la región hace miles de años.
La importancia de este descubrimiento radica no solo en la singularidad del fósil encontrado, sino también en las condiciones en las que fue hallado y el riguroso trabajo de extracción y conservación que está implicando, ya que la semana pasada, la última de julio de éste 2024, se retomaron los trabajos.
En entrevista, Karina Lagleyze, responsable del Museo Histórico del Paraje La Paloma, relata como se dio realmente el descubrimiento en febrero de 2020:
“Mi primo Claudio Halter, que vive en La Pampa y tiene mucha experiencia en encontrar restos fósiles, me viene a visitar una vez por año y suele salir a caminar por la calle. Y un día nos llama para que vayamos al camino y que veamos lo que teníamos, una forma rara dice él. Mi marido Cristian Kurtz busca un destornillador con el que empieza a escarbar, y lo que él veía raro como una figura hexagonal, le saca un pedazo y Cristian lo muerde. Al hacerlo se da cuenta de que no era una piedra sino era todo podo poroso color medio amarillento, y era hueso.”
Este hallazgo se produjo después de que una máquina motoniveladora trabajara en el tramo del camino rural, dejando al descubierto parte del esqueleto del perezoso. Según Kurtz: «hubo un poco de suerte» ya que la máquina podría haber destrozado el esqueleto si hubiera pasado de manera diferente. Se da con las mismas circunstancias que con el Glossotherium Robustus en el camino al Abra del Hinojo, y con los restos óseos de poblaciones originarias (de 2700 años de antigüedad) del Cementerio ChecheHet en el camino al Paraje Peralta en el año 2013, luego de que en los tres casos, una máquina niveladora municipal dejara expuestos los huesos.
El paleontólogo Cristian Oliva, quien trabaja en el Centro de Registro de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico y está encargado de la regulación de la Ley de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico a nivel provincial, fue uno de los primeros en evaluar el descubrimiento. Oliva destacó la importancia del hallazgo debido a la falta de descubrimientos similares en la región. El perezoso terrestre encontrado pertenece a la familia de los escelidoterios, una de las ramas evolutivas de los perezosos terrestres que vivieron durante el Pleistoceno superior y el Holoceno inferior, hace entre 130.000 y 8.500 años.
El hábitat de estos animales, según describió Oliva, era similar al actual en cuanto a la presencia de llanuras, pero con un clima más frío y seco debido a que la región estaba saliendo de la última era glaciar. Estos perezosos gigantes, que podían medir hasta cuatro metros de largo y pesar entre 800 y 2.000 kilos, convivían con el ser humano, quien llegaba a cazarlos.
Desde el descubrimiento en 2020, la tarea de extracción y conservación de los restos fósiles está siendo un proceso arduo y prolongado. La pandemia de COVID-19, las condiciones climáticas adversas y las características del fósil han presentado numerosos desafíos. Cristian Oliva y su equipo han trabajado incansablemente para extraer los restos de manera segura, optando por la extracción hueso por hueso debido a las fracturas presentes en el bloque sedimentario que contenía el fósil. Este método, aunque más lento, asegura la conservación de cada pieza.
El procedimiento de extracción está siendo detallado y meticuloso. Primero, se delimita la pieza y se recubre con alambre de fardo y tejido hexagonal, seguido de yeso para crear una estructura llamada bochón, que permite transportar la pieza sin que se fracture.
La idea inicial era sacar el esqueleto completo y articulado, pero debido a la fragilidad de algunos huesos, se ha optado por extraer partes del esqueleto por separado, comenzando con la mano de una de las piernas y continuando con los huesos de la caja torácica, costillas y vértebras.
A pesar de los desafíos, el estado del fósil es relativamente bueno. Aunque la fosilización es débil y los huesos no están muy mineralizados, la mayor parte del esqueleto está bastante completo. Algunos huesos de la columna vertebral fueron inicialmente barridos por una máquina debido a su proximidad a la superficie, pero el equipo ha logrado recuperar el cráneo del animal.
El destino final del fósil será el Museo de Ciencias Naturales de Coronel Pringles, donde se planea exhibirlo dentro de una estructura debido a la fragilidad de los huesos, que impide montar el esqueleto como otros ejemplares. Este hallazgo no solo enriquece el patrimonio paleontológico de la región, sino que también ofrece una valiosa oportunidad para estudiar el subsuelo y la fauna fuera de los yacimientos clásicos.
La antigüedad del fósil se estima en aproximadamente 24.000 a 25.000 años, aunque podría ser más antiguo. En la región se han encontrado otros fósiles que datan de hasta 500.000 años y algunos de un millón de años atrás. La causa de muerte del animal, según Oliva, parece haber sido natural, ya que no se han encontrado rastros de carnívoros o carroñeros. El animal, un ejemplar adulto, murió aparentemente de manera natural en una planicie eólica, lejos de un curso de agua, en condiciones similares a las actuales.
Es uno de los más completos y mejor conservados encontrados en Argentina, lo que lo convierte en un objeto de estudio invaluable para la paleontología. Su análisis detallado permitirá a los científicos obtener información crucial sobre la evolución de los perezosos gigantes y las condiciones ambientales de Sudamérica durante el Pleistoceno.
Este descubrimiento ofrece una visión fascinante de la megafauna que habitaba la región hace miles de años y proporciona una ventana a un pasado lejano, cuando el clima y las condiciones geográficas eran muy diferentes. A medida que se avanza en la extracción y estudio del fósil, cada nuevo hallazgo aporta más detalles sobre la vida y el entorno de estos gigantes del pasado, enriqueciendo nuestro conocimiento y apreciación del patrimonio natural y paleontológico de toda la región.
Fuente: www.sierradelaventana.com.ar
Esta entrada ha sido publicada el 31 de julio, 2024 09:30
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