Los dispositivos, fabricados por la Universidad Nacional de Hurlingham suelen ser instalados para la prevención de una eventual mala combustión de gas. Sin embargo, ante la emergencia de la situación sanitaria cumplirán una nueva función. Ahora se usarán con el fin de disminuir el riesgo de contagio de la Covid-19.
El equipo permite monitorear el CO2 en ambientes cerrados. Al detectar una cantidad de CO2 mayor al recomendado, hace sonar una alarma, para ventilar el ambiente o evacuar el lugar momentáneamente y así reducir el riesgo de infección. La renovación de aire es simple y puede hacer de las aulas un ambiente más seguro.
El prototipo inicial fue desarrollado por la misma universidad del oeste bonaerense. Su fabricación no es compleja, ya que solo cuentan con cinco componentes: un controlador, un display, el sensor de dióxido de carbono (CO2), una alarma y una carcasa. La novedad es poder utilizarlo para reducir los riesgos de contagio de forma eficaz.
Esta entrada ha sido publicada el 26 de febrero, 2021 15:15
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