Andrea Esnaola fue vista por última vez el 15 de julio de 2015, minutos después de las 17, cuando se retiró de la Escuela de Educación Técnica Nº 1, donde se desempeñaba como auxiliar.
La salida anticipada a la hora que habitualmente dejaba su trabajo y el hecho de que no llevara su bolso, son los dos principales interrogantes que existen sobre el destino final de la auxiliar de docencia.
La última persona que vio con vida a Esnaola fue una vecina, que la observó a pocos metros de la escuela y en dirección opuesta a la de su casa. Después, todos son interrogantes, que no pudieron responder los operativos de rastrillaje y búsqueda que se hicieron por tierra, aire y mar, durante las semanas posteriores a la desaparición.
Esos procedimientos incluyeron un allanamiento a la casa de Esnaola que puso en la mira a su esposo Gustavo Martínez López Ipucha quien cuatro días después de denunciar el caso ante el destacamento policial, fue encontrado con un disparo en la cabeza en la zona de Punta Tejada.
Pasó varios días internado y luego fue derivado a una clínica psiquiátrica de Punta Alta. La pareja llevaba varios años radicada en el balneario.
Desde un principio, la principal hipótesis del caso fue el suicidio y la posibilidad de que Andrea se haya internado en el mar. Nada de eso se confirmó y el paradero de Esnaola sigue siendo un misterio. El último 10 de mayo la mujer cumplió 51 años.