Un hombre fue juzgado mediante juicio por jurados por asesinar a Dagoberto López Uribe, el presunto abusador de su hija.
El acusado, en diálogo con Canal Siete, relató lo sucedido:
“Era un sábado, después de trabajar yo llegué a mi casa, estuve con mi familia, todo normal. Mi hija nos dijo que le dolía su pechs pero dijo que se había lastimado. Mi mujer le preguntó pero mi hija no contó nada al principio, después de insistir finalmente dijo que ese señor la había tocado y que le había metido la mano en su ropa interior. Mi señora empezó a llorar, a mí en ese momento se me nubló la vista, tomé un cuchillo que estaba en mi mesada, agarré la moto y me fui hasta su casa que estaba a 25 cuadras. Cuando llegué lo ataqué y en seguida me fui, de los nervios que tenía no pude hablar. Yo no sabía que lo había matado, pensé que solo lo había lastimado”.
Luego de estar en estado de shock por un rato, tomó la decisión de entregarse.
“Saludé a las nenas, me fui a la comisaria con el cuchillo y me entregué. Le dije a la policía que apuñalé al abusador de mi hija y les dije la dirección. Ahí mismo me detuvieron y me metieron al calabozo. Después de un rato, un comisario me dijo que el señor había muerto”.
Desde aquel día, todo fue muy difícil para él y su familia. No solo tenían que lidiar con las secuelas del abuso de su hija, sino soportar las consecuencias de haber hecho justicia por mano propia.
“Me arrepiento de todo esto, desde ese día viví un calvario. Perdí mi trabajo y estuve nueve meses preso en Villa Floresta. Después salí y me la tuve que rebuscar vendiendo milanesas o comida para salir adelante. La pasé mal en el penal pero no por los otros presos, sino porque soy el sostén de mi familia y yo cada día que pasaba me preguntaba si ellas estaban comiendo o no“.
Ahora, cuenta que la decisión del jurado fue un gran alivio para él y su familia. “Fueron tres años esperando esto, no sabíamos si yo podía volver a estar preso o no”, dijo.