Semanas atrás, la Policía de la Provincia de Buenos Aires llevó a cabo siete allanamientos en Bahía Blanca en el marco de la investigación sobre el paradero de Gabriel Enrique Gurrea García, el verdulero de 46 años que desapareció el 20 de mayo. Los operativos se hicieron en distintos domicilios, en una cochera y en un establecimiento agropecuario que sería propiedad del supuesto “amante” de la pareja de Gurrea García.
Según consta en la causa, la pareja de García Gurrea se habría enterado de su ausencia por un llamado realizado por sus compañeros de trabajo. Sin ir más lejos, tanto Campetella como Antúnez fueron detenidos por falso testimonio, pero ambos recuperaron su libertad por no contar con antecedentes penales. Si bien el fiscal Rodolfo de Lucía no descarta ninguna hipótesis, las últimas pruebas pusieron una vez más contra la pared a la pareja del desaparecido.
Para ellos, el hecho que no se llevara el teléfono es un claro indicio que permite pensar en una supuesta “desaparición forzada”. La abogada de la familia de Gabriel García Gurrea, María Laura Bentivegna, aseguró que los padres del hombre desaparecido hace más de tres meses “están devastados” y que todas las medidas apuntan a la sospecha contra la pareja de “Tibu” y su entorno.
“Por conocimientos que tendría Gabriel de algo de Campetella y Antunez, seguramente se han querido deshacer de Gurrea” dijo la abogada y agregó “hay varios entrecruces de llamadas, de mensajes, testimoniales y si la prueba de luminol es determinante van a estar complicados ambos”.
Contra los sospechosos de la causa, “no hay ninguna medida de restricción, ni están privados de libertad, solo acusados de falso testimonio” dijo Bentivegna.