Mientras sigue la conmoción por el femicidio de Andrea Carmen Aguirre, la mujer asesinada a puñaladas por su esposo delante de sus dos hijas de 9 y 11 años en la ciudad cordobesa de Salsipuedes, se supo que el femicida ya había estado preso por amenazar con un cuchillo a la víctima y por violación de domicilio en 2019.
En tanto, la Justicia investiga si Matías Aragone, el acusado, murió a causa del disparo que recibió de la Policía al resistirse a la detención o si fue como consecuencia de las heridas cortantes que él mismo se provocó en su intento por quitarse la vida.
El juicio que no fue
Cuatro años atrás, Aguirre había denunciado a su pareja y padre de sus hijas y el fiscal de Violencia de Género y Familiar, Pablo Camacho, imputó al hombre por amenazas calificadas y violación de domicilio.
Aragone estuvo detenido por esa causa, pero al poco tiempo recuperó la libertad y, aunque el fiscal pidió la elevación a juicio, la Cámara 7° del Crimen envió el caso a la Oficina Centralizada de Violencia Familiar y sus integrantes consideraron que no era de juzgamiento prioritario porque el hombre no tenía antecedentes.
“No existía riesgo”, fue la conclusión del equipo interdisciplinario que evaluó el caso. En consecuencia, el juicio no se hizo y la causa prescribió en febrero de este año.
“No habiendo condenas anteriores, aun en el caso de que se hubiese hecho el juicio y condenado, la pena hubiese sido baja y de ejecución condicional, por lo que habría estado en libertad igual”, remarcó Pablo Camacho, en diálogo con El Doce.
No hay registros de que la víctima hubiera denunciado nuevamente a Aragone desde aquel momento y la pareja siguió viviendo bajo el mismo techo, hasta que el último 25 de diciembre el femicidio anunciado se concretó.
Cómo fue el femicidio de Salsipuedes
De acuerdo a las primeras investigaciones, Aguirre le había pedido a su esposo que dejara de beber, ya que se encontraba en estado de ebriedad. Por toda respuesta, Aragone la atacó con un cuchillo frente a sus hijas de 9 y 11 años.
Las nenas lograron salir de la escena y pidieron auxilio a los vecinos, que llamaron a la policía rápidamente, y al llegar los efectivos al lugar, el femicida intentó agredirlos, por lo que tuvieron que dispararle para controlarlo.
Por estas horas, la fiscal del caso, Liliana Copello, espera el resultado de la autopsia de Aragone para determinar si la causa de la muerte fueron los disparos efectuados por la policía o las heridas que él mismo se causó para evitar la cárcel.
El agresor recibió al menos un tiro policial en una de sus piernas y tras agonizar toda la noche murió este martes en el hospital Tránsito Cáceres de Allende. La causa por el femicidio recayó en la Fiscalía de Violencia Familiar y Violencia de Género, a cargo de Andrea Martin Artesi.