Elevaron a juicio la causa contra el adiestrador de perros Marcos Herero, acusado de plantar pruebas en un caso en el que tuvo intervención en la provincia de Mendoza.
“(Herrero) es un fabulador porque tengo horas y horas de escuchas telefónicas que prueban que fabula y miente todo el tiempo”, afirmó a TN el fiscal que investigó la causa, Gustavo Pirrello.
Para la fiscalía ya no quedan más pruebas para producir y Herrero tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados para responder por los delitos de falsa denuncia, falso testimonio, encubrimiento y usurpación de títulos y honores. Con sus perros había participado en la investigación de casos policiales resonantes en todo el país.
Aunque fue beneficiado con el arresto domiciliario a mediados de enero, sigue en la cárcel porque no consiguió el casi medio millón de pesos que necesitaba para pagar la fianza, a pesar de las rifas que viene organizando su familia, señaló en la crónica publicada en tn.com.ar la periodista Luciana Soria Vildoza.
El caso que puso al menos en pausa la serie de irregularidades que desde hace tiempo rodean a Herrero fue el de Viviana Luna, una mujer desaparecida desde 2016 en Potrerillos, al comprobarse que los huesos que habían descubierto los perros del adiestrador pertenecían al mismo esqueleto que antes habían encontrado en medio de otro rastrillaje en la provincia de Santa Cruz, donde participaron de la búsqueda de otra mujer: Marcela López.
Como si la coincidencia no fuera muestra suficiente del error cometido por Herrero se supo después que los restos en cuestión, tanto si fueran de Viviana Luna o de Marcela López como aseguró en cada caso el perito, correspondían en realidad a un hombre.
Por otra parte, junto a los huesos encontrados en ese primer día de rastrillaje, también apareció una carta semi quemada que estaba adentro de un monedero. Allí se mencionaba al jefe de policía de Mendoza, el imputado juez Walter Bento, políticos y empresarios mendocinos. También a María Cash y Sofía Herrera, ambas desaparecidas hace años, junto a frases sin sentido claro.
Un perito bajo sospecha
En diálogo con TN el fiscal Pirrello señaló: “Mis dudas sobre Marcos Herrero empezaron desde el primer momento en que yo puse un pie en la escena”. Se trataba de un hostel en Potrerillos, uno de los últimos lugares en donde había sido vista Viviana Luna. “Llevo varios años yendo a los lugares del hecho y uno ya tiene una cierta experiencia, una cierta lectura de las escenas del crimen”, explicó en ese sentido el investigador, que tiene varios años como fiscal de instrucción y otros seis como fiscal de homicidios. Esa sensación, contó, se fue acrecentando con el avance de la causa.
Las pericias de Herrero quedaron así bajo la lupa. La noticia de su detención y las repercusiones llegaron incluso a Santiago del Estero, donde se detuvo el juicio por el crimen de Marito Salto, otro de los casos resonantes en los que participó el perito y en el que sus perros encontraron, dos años después de la investigación inicial, papeles incriminatorios que explicaban el caso describiendo un impactante rito satánico. Herrero también había participado en la búsqueda de Facundo Astudillo Castro.
ADN, escuchas telefónicas y testigos: las pruebas contra Marcos Herrero
“Herrero vino a Mendoza contratado por el hijo de Viviana Luna a cambio de 150 mil pesos”, contó Pirrello, tras lo cual aclaró: “Ese dinero no salió del bolsillo de la familia sino que acá se hicieron colectas, se abrieron cuentas, pasaban con alcancías por la peatonal del centro de Mendoza, y la gente colaboró”.
Pese a esto, indicó el fiscal, no era un capricho que su colega Claudia Ríos, que investiga la desaparición de esa mujer, no hubiera accedido a convocar a Herrero. “Ríos no lo quería traer porque Herrero no está certificado por el Ministerio de Seguridad de la Nación”, destacó.
Pero el perito arribó igual a la provincia y, después de que las pruebas de ADN demostraran que los restos que había encontrado coincidían con otros hallados en Santa Cruz y que ambos pertenecían a un hombre, la fiscalía ordenó nuevas medidas.
Paralelamente, el adiestrador también avanzaba con sus rastrillajes y así se llegó a una segunda escena: la cabaña donde Luna vivía con su expareja y padre de sus hijos.
En ese lugar los canes marcaron un estuche en un ropero y en su interior apareció una carta similar a la del hostel. “De esta manera se involucraba al exesposo de Luna con su desaparición y con la trata de personas”, manifestó el fiscal Pirrello. Pero poco después también surgió otra prueba que volvió a desacreditar el trabajo de Herrero.
Las escuchas telefónicas revelaron que una de las integrantes del equipo que trabajaba con el perito, encargada de filmar sus rastrillajes, le contó a otra persona que mientras editaba los videos advirtió “el momento en el que Herrero planta las pruebas en la cabaña” donde vivían Luna y su ex. “Lo vio cuando ponía el estuche arriba del ropero”, agregó.
Y las inconsistencias se siguieron sumando. Los investigadores habían hecho traer los supuestos restos de Marcela López desde Río Gallegos y los cotejaron con las muestras de ADN que habían tomado de los hallados en el hostel mendocino y de todos los que intervinieron en ambas escenas. “Los huesos estaban empapados de ADN de Herrero, es decir que ha manipulado de una forma importante esos restos”, apuntó.
“Con toda esta prueba dispongo la detención de Herrero”, relató el fiscal. Y fue cuando la policía llegó al domicilio del perito que surgió el broche de oro que terminó de incriminarlo: una vecina llamó a la policía denunciando que Herrero había arrojado huesos por la medianera. “Se lo estaban por llevar detenido y tiró huesos a la casa de su vecina”, remarcó Pirrello, con cierta sorpresa todavía por la muestra burda del estado de desesperación en el que se encontraba el acusado. El círculo de sospechas ya estaba cerrado.
Por qué el hijo de Viviana Luna defiende al perito acusado de plantar pruebas
Hace unas semanas, uno de los hijos de Luna declaró a favor de Herrero en una causa por estafa que le había iniciado la fiscalía a raíz del dinero recolectado para abonar sus tareas de rastrillaje en Mendoza. Esa calificación se cayó gracias a la defensa que hizo el joven, que hasta ofreció su casa cuando el perito fue beneficiado con la prisión domiciliaria.
“No me siento estafado por Marcos”, dijo a TN Matías Julián, hijo de la mujer desaparecida, y resaltó: “Me siento más estafado por la Justicia que no actúa, la verdad es que deja bastante que desear y bastante que desconfiar”. De acuerdo a su relato, nunca los asesoraron como correspondía y se enteraron por su propia cuenta de que podían presentar un perito de parte.
“Cuando pedimos a Marcos Herrero nos dijeron que no había presupuesto”, relató el joven, y precisó que incluso le explicaron que para lograr traer al adiestrador a Mendoza podían demorar “entre 8 y 10 meses”. Es por eso que Julián remarcó: “Pero para detenerlo y allanar su casa lo resolvieron todo en un fin de semana”.
“Para algunas cosas tienen pasión, para algunas cosas hacen bien su trabajo y para otras no”, cuestionó el hijo de Viviana Luna. Pese a las pruebas contundentes contra Herrero de las cuales fue notificado, confía plenamente en el perito y hasta consiguió que se cayera por lo menos uno de los delitos que se le habían imputado.