El resultado de la autopsia practicada al cuerpo de Ana María Patiño Fabro, la beba de tres meses cuya muerte en las últimas horas conmocionó a Ingeniero Budge, confirmó la peor hipótesis: el homicidio. Según los forenses la víctima fue asfixiada y el informe agravó la situación de su abuela materna, quien se negó a declarar y seguirá presa.
Se trata de Bettina Paola Fabro, de 51 años, quien prefirió el silencio ante la fiscal Marcela Juan de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 14 de Lomas de Zamora y resultó imputada por el homicidio agravado por el vínculo de su nieta.
En tanto la hija de la detenida y madre de la víctima, Vanesa Fabro, de 17 años, quedó a disposición de la fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil acusada por los delitos de “abandono de persona y lesiones”.
Ana fue asesinada el sábado y fue su propia abuela, ahora sospechosa de haberla asesinado, quien la llevó hasta el Hospital Finochietto. Pero la beba ya estaba muerta cuando llegaron. Los médicos que la atendieron constataron que la víctima tenía lesiones en el cuello y en la cara compatibles con un mecanismo de asfixia, y alertaron a la policía.
“No se merecen vivir”
Por su parte, Sebastiana Ferreira, propietaria de la casa donde alquilaban una pieza desde hace siete meses las dos mujeres con dos menores, aseguró que la relación entre madre e hija era conflictiva y que todos los días se escuchaba llorar a dos bebés. La mujer indicó que además de la beba de tres meses, la adolescente tiene otro hijo de un año y medio.
“(Fabro) me dijo que la nena se ahogó y que la iba a llevar al hospital. Cuando la vi me dijo ‘se me murió la bebé’. Me dijo que estaba ahí en la casa. Le dije que me lo traiga para llevarla al hospital y tardó”, recordó la mujer.
De acuerdo a su relato, el jueves de la semana pasada fue la última vez que vio a la adolescente de 17 años, madre de ambos bebés. “Siempre se escuchaba el llanto de las criaturas. Las dos peleaban mucho y hablaban muy fuerte”, señaló.