UN CASO QUE SIENTA PRECEDENTE EN LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y LA VULNERABILIDAD, EN TODO SENTIDO, DE UNA MUJER CON SUS HIJOS, SIN AYUDA, SIN APOYO, SIN ASISTENCIA
Si hay que retrotraer la historia, y según se describió en la causa, el 18 de mayo de 2005. Rosalía llegó a su casa extenuada luego de una jornada de 14 horas en el frigorífico de pollos “La Gleba” donde trabajaba. Criaba sola a sus tres hijos y estaba embarazada, pero lo ocultaba con ropas amplias y una faja, porque si sus jefes se daban cuenta que otra vez iba a parir la iban a echar. Era monotributista y, si no trabajaba, no cobraba. No tenía ni vacaciones ni licencia por salud o maternidad. Con su último hijo sólo había logrado quedarse en su casa unos escasos 15 días.
Le faltaba un mes para parir y la panza le pesaba. Le dijo a su hija mayor, que en ese momento tenía 12 años, que se sentía mal y se fue acostar. A los pocos minutos sintió un dolor muy fuerte, fue al baño y en dos contracciones nació su hija. Se desvaneció y cuando recobró la conciencia escuchó los gritos de sus hijos. Con un cuchillo de cocina llegó a cortar el cordón umbilical, se estaba desangrando. Lo ató como pudo y cuando fue a asistir a la recién nacida ya estaba sin vida. Se acostó abrazada a su bebé un buen rato.
En la madrugada, con miedo y angustia decidió sepultar el cuerpo en el patio de la casa. En esos días buscó ayuda psicológica para la hija que la había asistido en el parto. La psicóloga fue quien reportó el caso, la policía allanó la vivienda de la familia y detuvieron. A partir de entonces comenzó un proceso judicial en su contra que duró varios años
Avanzado el tiempo y luego de una fuga al gran Buenos Aires, fue detenida y traída a juicio. En nuestra ciudad, Jueces del Tribunal Criminal 3 la condenaron a 8 años por HOMICIDIO AGRAVADO, CON ATENUANTES EXTRAORDINARIOS, el fiscal Jorge Viego aseveró que la Rosalía había ocultado su embarazo “tanto a nivel familiar, social y laboral” y consideró que “tuvo un plan para deshacerse de la criatura”, que culminó con el entierro del cuerpo en el patio de la casa.
Los jueces consideraron en su fallo, que Rosalia no le brindó la asistencia necesaria a su hija para evitar que muriera. Consideraron que esa conducta estuvo atenuada por circunstancias extraordinarias, como su historia de vida y distintas situaciones que en ese momento que “limitaron su capacidad de razonamiento”.
La abogada defensora de Rosalia, Dra Fabiana Vanini, elevo su queja y voz, dijo que en esa sentencia hubo “reproche es moral y clasista. Era una mujer pobre, en una situación de vulnerabilidad social y económica que no pudo hacer otra cosa”.
Tiempo mas tarde, la Defensora apeló a Casación Provincial, donde los jueces estudiaron el caso y llegaron a la conclusión que Rosalia no tenía acceso al servicio de salud, que no tuvo ningún control médico durante el embarazo, que en el momento del parto se encontraba sola ysin la asistencia de un adulto, que la vivienda donde residían se encontraba alejada de un centro urbano y sin línea telefónica, ello además de la apremiante situación económica que no le permitía afrontar la pérdida de una jornada de trabajo y el temor fundado a perder su puesto en caso de conocerse su embarazo.
En las últimas horas la mujer recuperó la libertad con la intención de empezar una vida que le de más oportunidades junto a sus hijos
Esta entrada ha sido publicada el 18 de junio, 2021 16:18
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