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Se cumple un año de la desaparición de Facundo Astudillo Castro

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Un año sin Facundo Astudillo Castro y un montón de interrogantes sin respuestas. Mañana viernes próximo se cumple un año de su desaparición, y un abanico de interrogantes y elementos en el camino por develar la verdad; policías, testigos, politica local, provincial, y una causa con cientos de fojas y datos certeros y contundentes aportados luego de multiples pericias, que dan otra lectura

“Si pudiera decirle algo, le diría que lo sigo esperando, que lo espero en un sueño, en un abrazo, que sigo mirando por la ventana y lo sigo esperando”, expresó mediante redes sociales Cristina Castro, la mamá de Facundo, con toda la melancolía y dolor, de semejante pérdida

El expediente que tiene a su cargo la cuestionada jueza federal 2 de Bahía Blanca, María Gabriela Marrón, tiene 33 cuerpos, más de 6.500 fojas con peritajes de todo tipo, declaraciones de testigos, informes de empresas de telecomunicaciones, informes de institutos oceánicos y estudios forenses.

de acuerdo a la fiscalía y a la querella, hay decenas de “cabos sueltos”, cuestionamientos y por lo menos 5 enigmas que siguen sin respuestas:

Los celulares

El 19 de febrero último, la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca hizo lugar a un pedido que realizaron los fiscales Iara Silvestre, Andrés Heim y Horacio Azzolín, que sistemáticamente era rechazado por la jueza Marrón: el secuestro de los teléfonos celulares de los cuatro policías mencionados en la causa como sospechosos, Alberto González, Gabriel Sosa, Siomara Flores y Jana Curruhinca.

Los cuatro policías entregaron a la Justicia sus celulares, pero llamativamente ninguno de ellos entregó el aparato que tenía al momento del hecho. “Todos entregaron teléfonos nuevos, distintos a los que tenían cuando ocurrió la desaparición de Facundo”, dijo a Télam una fuente judicial, que además aseguró que los fiscales solicitaron allanamientos para intentar localizar los viejos celulares de cada uno de los policías, pero la jueza los rechazó.

El DNI

El 30 de abril del año pasado, Facundo fue demorado cuando caminaba por la ruta nacional 3 en dirección a Bahía Blanca por los efectivos Sosa y Curruhinca de la comisaría de Mayor Buratovich, quienes lo identificaron y con la utilización de un teléfono celular que nunca fue hallado le sacaron dos fotos: una a su documento de identidad y otra a él, vestido con su jean y campera, de espaldas y con una camioneta policial como decorado.

El 12 de septiembre, un pescador encontró la mochila de Facundo a unos 500 metros del lugar donde casi un mes antes había sido hallado el cadáver. Lo llamativo para los investigadores es que dentro de la mochila nunca fue encontrado su DNI, a pesar de que sí tenía su licencia de conducir, la tarjeta SUBE y sus dos teléfonos celulares.

Precisamente, los pesquisas determinaron luego que el DNI de Facundo fue utilizado por una persona que nunca pudo ser identificada para sacar tres líneas telefónicas.

La mochila

El contenido de la mochila que pertenecía a Facundo llamó poderosamente la atención de los fiscales y de la querella, porque dentro de ella fue encontrado el pantalón de jean y la gorra que llevaba puestos el joven y que quedó reflejado en la foto que le sacaron los mismos policías la tarde del 30 de abril.

“El jean estaba perfectamente doblado. La gorra intacta. Pero ¿por qué estaban en la mochila?”, se preguntó una fuente con acceso al expediente, quien además agregó que “también había otra ropa que estaba quemada, aparentemente con algún tipo de ácido”.

Esa ropa en mal estado está siendo sometida a una técnica especial a cargo del Cuerpo de Investigadores Judiciales (CIJ) del Ministerio Público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero aún no se recibió el resultado del peritaje.

También se hallaban los dos teléfonos celulares que pertenecían a Facundo, sus auriculares y su cargador, pero nunca se encontró la campera ni el cuellito de polar que siempre llevaba puesto.

Las redes sociales

La policía Siomara Flores, quien reconoció haber llevado en su auto Chevrolet Corsa a Facundo desde Mayor Buratovich hasta Teniente Origone, admitió ante los investigadores que el 8 de mayo, es decir 8 días después de la desaparición del joven, dio de baja todas sus redes sociales y la aplicación de Whatsapp.

“Nunca dio una explicación del por qué había dado de baja todo, pero siempre resultó sospechoso”, explicó uno de los pesquisas.

Ese mismo 8 de mayo, un móvil de la Unidad de Prevención de la Policía Local (UPPL) de Bahía Blanca (un Toyota Etios) permaneció durante 35 minutos detenido en proximidades del cangrejal donde tiempo después fue hallado el cadáver de Facundo. Este dato se conoció a raíz de un informe realizado por Asuntos Internos, muchos meses después del hallazgo de los restos óseos.

Además, los investigadores judiciales lograron determinar en base al análisis de uno de los teléfonos secuestrados en el marco de la causa que, al día siguiente de la desaparición de Facundo, sacaron una captura de pantalla del muro de Facebook de Cristina Castro, la madre del joven, cuando ni ella sabía en ese momento que su hijo estaba desaparecido.

La turmalina

Al igual que sus más íntimos amigos, Facundo llevaba como colgante una piedrita de “turmalina”. Esa “turmalina” los identificaba, de hecho, la cervecería de Pedro Luro, donde vivía Facundo, se llama “Turmalina”. Su colgante nunca apareció.

Sin embargo, los investigadores hallaron restos de piedritas similares a las que llevaba el joven, durante allanamientos ordenados en el marco de la causa.

En octubre del año pasado, los perros adiestrados aportados por la querella hallaron restos de la supuesta “turmalina” en el baúl del patrullero Toyota Etios, el mismo que había merodeado el pantanal donde fue hallado el cadáver de Facundo.

En febrero pasado, los mismos perros hallaron restos similares a la “turmalina” en un demoradísimo allanamiento realizado al Destacamento policial de Teniente Origone, donde la querella sospecha que estuvo detenido de manera ilegal Facundo.

Los fiscales a cargo de la investigación del caso aguardan el resultado de un peritaje “clave” que podría determinar si esos dos elementos secuestrados en los allanamientos son efectivamente “turmalina” y si es similar a la que llevan todos los amigos de Facundo.

INFORME Y PERITAJES FORENSES Y OTRA LECTURA

• Los restos analizados, hallados el día 15 de agosto de 2020 en la zona del canal denominado “Cola de Ballena”, en las inmediaciones del área conocida como “Villarino Viejo”, provincia de Buenos Aires, pertenecen a Facundo José Astudillo Castro de acuerdo al proceso de identificación que combinó el análisis antropológico forense, médico forense, odontológico forense y genético forense.

• Los resultados del estudio biológico llevado a cabo en médula ósea determinaron la presencia de un número significativamente alto de restos de diatomeas (algas microscópicas), coincidentes con las de las muestras ambientales de agua y sedimentos tomadas en el lugar del hallazgo.

• Dichos resultados permiten aseverar, con el rigor científico necesario, que la muerte de Facundo José Astudillo Castro se produjo por asfixia por sumersión (ahogamiento). La sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica).

• El fenómeno “Pink Teeth” (diente rosado o coloración rosada por transparencia del esmalte) observado en las piezas dentales anteriores del maxilar inferior, debe ser considerado orientador pero inespecífico para establecer causa de muerte.

• Respecto al signo del diente rosado con relación a la causa de la muerte, descrito por la odontología forense en casi 200 años de investigación, los distintos autores han concluido que su presencia en forma aislada debe ser considerado orientador pero inespecífico para establecer causa de muerte, ya que puede hallarse en patologías infecciosas (fiebre tifoidea), en alteraciones de la hemoglobina (porfirias congénitas), en alteraciones químicas con cambios bruscos de presión (accidentes aéreos), como fenómeno postmortem en cuerpos hallados en ambientes fríos y húmedos, o en muertes violentas por asfixias mecánicas o químicas (ahogamiento, estrangulación, intoxicación por monóxido de carbono). Sin embargo, asociado a la presencia de diatomeas en médula ósea, complementa la condición de una asfixia por sumersión.

• El hecho de que la identificación de los géneros y especies de diatomeas halladas en la médula sean coincidentes con las recuperadas en muestras de agua y de sedimentos recogidos en el lugar del hallazgo de los restos es altamente indicativo de que se trata del medio en el cual se produjo la muerte.

• Se trató de una muerte violenta, por no ser natural. El avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte, no pudiendo la ciencia forense determinar con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental.

• Los restos óseos estudiados no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras antemortem (previas a la muerte).

• En las diferentes piezas óseas observadas, y mediante el estudio de imágenes radiográficas, no se evidenciaron estructuras de densidad metálica, similares a elementos que puedan corresponderse con aquellos que producen injurias o lesiones (como por ejemplo proyectiles de arma de fuego, segmentos de arma blanca, entre otros).

• No se observaron cambios de coloración, u otros signos, en los huesos bajo estudio compatibles con el uso de sustancias ácidas, alcalinas o por exposición a una fuente emisora de calor.

• No se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados.

• Todas las lesiones y pérdida de algunas piezas dentales que presentaban los restos estudiados son postmortem (posteriores a la muerte), producto de depredadores y exposición medioambiental.

• El tipo, intensidad y tamaño de las modificaciones identificadas en los diferentes restos óseos analizados indican la acción de carnívoros de la familia de los cánidos de pequeño tamaño. De acuerdo a la fauna presente en el área, el zorro pampeano o gris constituye el principal agente que afectó al cuerpo.

• El patrón de ausencia de algunas partes del cuerpo de pequeño tamaño y de destrucción parcial de algunas partes de los elementos presentes es el esperado para la acción del zorro pampeano.

• La desarticulación y desplazamiento de ambos miembros superiores (uno de ellos hallado a 73,9 metros del cuerpo) y del miembro inferior derecho fue producida por este mismo cánido.

• Las marcas y fracturas producidas por carnívoros se produjeron con posterioridad a la muerte siendo, en consecuencia, no vitales. Presentan un patrón compatible con un acceso inicial a un cuerpo con presencia de órganos y tejidos blandos.

• Los hallazgos relacionados con la preservación y dispersión de los restos humanos son consistentes con procesos tafonómicos provocados por agentes medioambientales y bióticos (fauna) de la zona donde fueron encontrados.

• El cuerpo hallado en este ambiente habría estado sujeto -además de a la acción de animales carnívoros- a la fluctuación de agua por las mareas, la presencia de invertebrados (cangrejos) y aves, entre otros. Esta dinámica posiblemente generó el movimiento del cuerpo y la pérdida de las prendas de vestir.

•El intervalo postmortem estimado, es decir el tiempo mínimo transcurrido entre la muerte y el hallazgo, sería no menor a 30 días determinados por tafonomía (acción del ambiente) y entomología (micro fauna asociada a los restos); siendo el tiempo máximo estimado del período transcurrido desde la muerte mayor, pero no pudiendo determinarse científicamente.

• Del estudio forense no surgen elementos que permitan suponer que los restos humanos hayan estado en otro ambiente distinto al del hallazgo durante el intervalo postmortem consignado. Todo lo descrito se encuentra fundamentado en los hallazgos, análisis y estudios complementarios realizados en los restos óseos de quien en vida fuera Facundo José Astudillo Castro por los peritos que participaron de la autopsia y firmaron el Informe integrado recibido por el juzgado: Dr. Luis Fondebrider (Antropólogo Forense, Director ejecutivo del EAAF), Lic. Analía Simonetto (Antropóloga Forense, Coordinadora del Laboratorio de Antropología Forense del EAAF), Dra. Mercedes Salado Puerto (Bióloga y Antropóloga Forense, Coordinadora de Identificación del EAAF), Dr. Luis Alberto Bosio (Médico Forense del EAAF); los peritos del Cuerpo Médico Forense (CMF) Dr. Roberto Cohen (Médico Forense, CMF), Dr. Alejandro Rullan Corna (Médico Forense, CMF), Dra. Marta Maldonado (Odontóloga Forense, CMF), Dr. Jorge Pereyra (Radiólogo Forense, CMF), Lic. Mariana Selva (Antropóloga Forense, CMF); y los especialistas propuestos por el EAAF, Dra. Nora Irene Maidana (Laboratorio de Diatomeas Continentales del CONICET), Dr. Néstor Centeno (Entomología Forense de la Universidad de Quilmes), los especialistas en tafonomía, Dra. María Amelia Gutiérrez (Ciencias Naturales de la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires, UNICEN), Dra. María Clara Álvarez (Arqueóloga, UNICEN) y el Dr. Cristian Ariel Kaufmann (Ciencias Naturales, UNICEN); y la perito de parte Dra. Virginia Creimer, consultora en Medicina Legal.

Fuentes: Canal Siete y Telam

Esta entrada ha sido publicada el 29 de abril, 2021 17:09

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