José “Culón” Guaymás, el principal sospechoso de violar y asesinar a Abigail Riquel en Tucumán, estuvo casi 72 horas prófugo antes de que un grupo de vecinos lo descubriera escondido entre los cañaverales y lo matara a golpes y machetazos.
Los perros fueron los que dieron este miércoles con el rastro del acusado y la gente los siguió hasta la guarida donde había buscado refugio. “Yo no soy, fue mi primo”, fueron las últimas palabras del hombre que encontraron oculto en ese lugar quien, al ser increpado, dijo llamarse Jonathan, publicó El Tucumano.
Pero su excusa no convenció a los vecinos y al levantarle la remera que llevaba puesta las cicatrices en su cuerpo lo delataron. Los dos hombres que lo habían encontrado aseguraron después que ellos solo le colocaron un lazo alrededor del cuello para reducirlo y le ataron las manos detrás de la espalda. Lo cierto es que, a esa altura, la locura ya se había desatado y era incontenible. “Ha empezado a venir gente y a la gente no la vas a parar”, dijeron.
La policía también buscaba a “Culón” desde el domingo, pero los vecinos llegaron primero. Esto tenía para ellos una explicación lógica. “Los policías no se metían en los lugares donde tenían que meterse”, explicaron. Ante las cámaras, otro hombre remarcó: “Yo había prometido que hoy lo íbamos a encontrar y así ha sido”.
Cuando los efectivos llegaron ayer al lugar del linchamiento arrojaron gases y balas de goma para dispesar a quienes golpeaban a Guaymás, pero ya era tarde. Según confirmaron desde el Ministerio de Seguridad de la provincia, “Culón” ya estaba muerto al ingresar a la morgue judicial.
Guaymás tenía 25 años y acumuló 19 causas judiciales en la última década. Robos, hurto, asaltos y robo de moto. Todos delitos contra la propiedad, pese a que las primeras versiones indicaban que también tenía un expediente por el abuso sexual de una menor de su familia. Sin embargo, “Culón” nunca llegó a juicio por ninguna de esas acusaciones.
En julio pasado lo detuvieron por última vez por tentativa de robo. A los 10 días, un juez le otorgó la libertad por tratarse de un delito excarcelable pero recién logró salir del calabozo hace días porque no pudo cumplir con el pago de la fianza que había impuesto la Justicia.
En diálogo con La Gaceta, una mujer allegada a la familia del acusado contó que había empezado a consumir drogas desde muy chico pero que en el último tiempo “estaba totalmente perdido y vivía drogado”. El hombre asesinado tenía una veintena de cicatrices en los brazos y en el pecho que él mismo se había causado cuando pasaba por períodos de abstinencia.
Fuente: tn.com.ar
Esta entrada ha sido publicada el 22 de octubre, 2020 09:58
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