La Justicia Federal, por orden de la jueza Gabriela Marrón, detuvo a otras dos personas vinculadas con el tráfico de drogas y el lavado de dinero producto de la venta de estupefacientes.
Una de las acusadas es Antonella Pinilla, pareja de Fabián Enrique Accarino. Los investigadores llegaron a ella luego de las analizar los teléfonos celulares secuestrados durante los allanamientos realizados a principios de febrero, en los que también habían sido apresados Alejandro Alberto Crescitelli y Alejandro Miguel Darío Bustamante. Las comunicaciones evidencian que la mujer tenía participación directa en la venta de drogas: se encargaba del fraccionamiento de la cocaína, por ejemplo.
El otro detenido es Maximiliano Cornago. Según la justicia, este hombre era el encargado de diseñar las maniobras de lavado del dinero. Tomaba el dinero obtenido por la venta de drogas y lo introducía en el circuito legal. Se recuerda que durante los allanamientos de febrero los efectivos de Prefectura lograron secuestrar 160.000 dólares y más de 2 millones de pesos. Además se encontraron casi 15 kilos de cocaína. A esto hay que sumarle otros 6 kilos de la misma droga secuestrados ayer. Cada ladrillo de esa droga está valuado en unos 10 mil dólares.
A Cornago ya se le había imputado, además de la tenencia de droga y comercialización, dos maniobras de lavado de dinero relacionadas con un inmueble y un vehículo que estaban a nombre de un testaferro.
Ayer en la casa de Cornago, la justicia encontró un trozo compacto de cocaína y varias pertenencias de Accarino. También fueron hallados envoltorios idénticos a los que contenían la droga secuestrada en febrero. La cocaína encontrada estaba separada en dos tipos de paquetes distintos. Uno con la figura de Papá Pitufo, que contenía la droga de color celeste. Y el otro con la imágenes de la Pantera Rosa, con la cocaína de color rosado.
Pero eso no es todo. Durante los procedimientos se descubrió que Cornago le estaba guardando dos autos a Accarino: uno de ellos era buscado desde los primeros allanamientos. Para evitar que sea reconocido, los acusados lo habían “tuneado” y le habían cambiado la patente. El otro vehículo era una camioneta Honda que en su interior tenía 6 kilos de cocaína compacta y una prensa. El vehículo estaba acondicionado para esconder droga.
Otro dato que llamó la atención a los investigadores es que los paquetes de droga secuestrados estaban identificados con lo que se presume sería un número de lote.
La cantidad de droga secuestrada, la metodología de traslado y comercialización y los movimientos para el lavado de dinero hace sospechar a los investigadores de que la banda no sólo vendía drogas en nuestra ciudad, sino que tenía un radio de acción mucho más amplio.
Esta entrada ha sido publicada el 4 de marzo, 2020 17:57
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