Liliana y Nilda Basualdo se casaron con los hermanos Isidoro y Pedro Titti cuando tenían menos de 20 años. En ese entonces, sus flamantes esposos pisaban los 80. Ahora, los dos hombres murieron y dejaron unas 362 hectáreas en campos a un valor aproximado de 10 mil dólares cada una, y una hija extramatrimonial que reclama su parte.
Con la muerte de los dos hacendados de la provincia de Córdoba, que habían sido patrones del padre de las mujeres, la herencia se volvió un motivo de conflicto. Pero en los últimos días, las viudas no solo debieron enfrentarse a la familia Titti sino que además apareció en escena una mujer que asegura ser la hija de uno de ellos.
Entonces empezaron varios procesos judiciales con denuncias cruzadas de ambos lados, cuatro calaveras de advertencia y por lo menos nueve balazos. Dos de esos disparos hirieron a Liliana el martes a la noche, cuando circulaba con su moto por la localidad de La Para. “Vino directo a mí”, dijo la mujer a El Doce, que desconfía que el objetivo del ataque haya sido matarla. “Si no me hubiera pegado un balazo en la cabeza”, sostuvo.
La mujer no pudo reconocer al agresor en medio de la oscuridad, pero escuchó en cambio con claridad sus palabras. “Me dio a entender que, si seguía jodiendo, me iba a matar“, haciendo referencia a la disputa judicial por los más de tres millones de dólares que dejó su esposo.
Pocos día antes del ataque a balazos, las hermanas Basualdo habían realizado una presentación argumentando que la mujer que llegó para reclamar su parte de los bienes no es en realidad hija de uno de los Titti, como dice ser.
“Se están haciendo las averiguaciones e investigaciones correspondientes del caso”, indicaron desde la Departamental Río Primero, donde la mujer hizo la denuncia. Para ella no hay dudas sobre la relación entre el ataque y la millonaria herencia, pero no tiene pruebas para confirmarlo.
Fuente: tn.com.ar