La esposa de Rolando Josué Nusbaum, el empresario rural asesinado de un tiro en la cara cuando estaba en su casa de Open Door, fue detenida acusada de ser la autora del crimen y de inventar que lo habían matado ladrones.
Gabriela Moreyra fue arrestada luego de que una prueba de “dermotest” determinara que en las muestras que se habían tomado el día del crimen tenía rastros de pólvora en sus manos. Con el resultado de esa pericia, el fiscal de la causa, Pablo Vieiro, detuvo a la sospechosa en la sede de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 descentralizada de Luján, donde la imputada estaba haciendo trámites.
La Fiscalía General de Mercedes emitió un comunicado en el que explicó que “en un primer momento” la investigación sobre el crimen de Nusbaum girara en torno a un presunto robo en la vivienda, durante el cual la víctima fue asesinada. Todo este relato se sustentaba en base a lo que había declarado la única testigo del hecho, su esposa de 39 años.
“Sin descartar ninguna hipótesis, el fiscal ordenó una serie de medidas periciales con la finalidad de recabar la mayor cantidad de elementos posibles para arribar al esclarecimiento del crimen”, agregó el escrito de la Fiscalía.
La autopsia de Nusbaum determinó que murió de un único disparo de arma de fuego efectuado “a corta distancia” sobre su pómulo derecho, cuando estaba acostado y tapado con sábanas en su cama, por lo que se cree que le dispararon mientras dormía.
Este miércoles se conoció el resultado de una de las pericias clave realizadas por el Gabinete de Delitos Especiales de Morón, con lo que el doctor Vieiro pidió la detención de la esposa del empresario. En base a ese estudio, el fiscal recaratuló la causa y dejó detenida a Moreyra por el delito de “homicidio calificado por el vínculo y la alevosía”.
Las pruebas que incriminaron a la sospechosa
Las sospechas en torno a Moreyra surgieron desde el comienzo entre los investigadores judiciales y policiales, ya que el relato que ella hizo de los hechos no coincidía con lo que vieron en la escena.
Según la sospechosa, con quien Nusbaum atravesaba un divorcio, cuatro delincuentes habían entrado el martes a las 2 en su casa, en el lote 124 del club de campo “La Ranita” de Open Door, los despertaron, los sacaron de la cama y los obligaron a recorrer distintos ambientes en busca de dinero y elementos de valor.
La mujer contó que los delincuentes se llevaron 30.000 dólares, dos celulares y otros elementos de valor. Además, dijo que mientras ella estaba en la planta baja recorriendo la casa con uno de los asaltantes, escuchó la detonación de un arma de fuego pero no pudo ver qué sucedió. Sin embargo, en la vivienda estaban también los hijos del matrimonio, un adolescente de 16 años y una nena de 9, que dormían en la planta alta y no llegaron a escuchar nada: ni la llegada de los ladrones, ni el disparo.
La mujer relató que luego de escucharse el disparo, dos de los delincuentes cargaron los elementos robados en su auto, un Ford Focus viejo, y la obligaron a sacarlos del barrio encerrados en el baúl, para que no los viera la guardia del barrio, mientras que los otros dos asaltantes se quedaron en la casa con el marido y los hijos. Cuando volvió a la vivienda pasadas las 4, la sospechosa declaró que encontró a Nusbaum asesinado de un disparo.
Fuentes policiales informaron a la agencia Télam que al inspeccionar la casa no encontraron entradas forzadas, que la vaina servida 9 milímetros encontrada en la escena coincide con la marca de una caja de munición de la víctima y que el arma empleada podría ser la pistola de ese calibre que Nusbaum guardaba en un cajón.
Además, el auto de la imputada fue peritado y en el baúl no se encontró ningún rastro de los dos presuntos delincuentes que tuvo que sacar ocultos del barrio.
El testimonio de familiares también levantó sospechas en torno a la esposa, ya que declararon que estaban separados, que Nusbaum tenían algunas dificultades económicas, que solo iba a Open Door para visitar a sus hijos y que la casa de campo estaba en venta.
Fuente: tn.com.ar