Dos jóvenes de 19 y 20 años fueron detenidos en las últimas horas acusados del asesinato del diácono Guillermo Luquín, ocurrido el domingo pasado en su casa de Temperley.
Los dos sospechosos son vecinos del barrio y ambos reconocieron que tenían un contacto habitual con la víctima, una versión que refuerza la hipótesis que investiga la policía. “Están sospechados de ser los autores materiales del crimen”, señaló una fuente cercana a la causa.
Los ingresos de la casa del diácono no habían sido forzados y en su interior, todo estaba en orden a excepción de la habitación principal, donde estaba el cuerpo. Incluso, los investigadores encontraron dos vasos con gaseosa, otro indicio que apuntaba a que Luquín conocía a la persona que lo mató.
Las huellas dactilares que levantaron de los vasos podrían ser claves para esclarecer el crimen que conmueve a a toda la comunidad Carmelita. En tanto, la última persona que había chateado con el diácono a través de Messenger horas antes de que fuera asesinado, declaró y recuperó su libertad.
Los nuevos detenidos por el homicidio se encuentran en la UFI Nº 6 de Lomas de Zamora, donde serán indagados por el fiscal Gerardo Mohoraz.
El diácono fue golpeado con brutalidad en la cabeza y sufrió una fractura de cráneo. Además, lo apuñalaron cinco veces, una de ellas en el cuello. La herida en la arteria carótida fue la que le causó la muerte.
Esta entrada ha sido publicada el 11 de junio, 2019 09:36
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