Esta tarde si hizo la dolorosa despedida de Micaela Ortega.
La familia, sus compañeros de escuela y de patín y cientos de bahienses acompañaron el cortejo fúnebre que partió de la casa velatoria de Mitre al 400 hasta el cementerio municipal.
Fue el momento del último adiós, después de 35 días de angustia. Después de más de un mes de búsqueda desesperada. Después de tantas semanas con infinidad de teorías, pero sin ninguna certeza.
Muchos vecinos salieron a la calle para darle apoyo a la familia de Mica. Esa nena que el 23 de abril se fue de su casa, sin saber que iba a caer en una trampa que la llevaría a la muerte.
El 23 de abril Mica se llevó algunas cosas con ella, pero dejó una carta. Allí decía que se iba con una amiga de White. Por lo menos era lo que ella creía.
Caminó hasta muy cerca del colegio Marina Copa, y allí se encontró con un hombre. No era su amiga, pero si era de White. Era Jonathan Luna, la persona que se hizo pasar por una chica de la edad de Micaela para engañarla.
Fueron juntos, primero por calle Bolivia y después por Don Bosco, hasta el canal Maldonado. Allí se los vio por última vez. Allí se perdió el rastro, por lo menos hasta la noche del sábado cuando se confirmó lo peor.
Luna se quebró y dijo donde había dejado el cuerpo de Micaela. La estranguló, pero primero la golpeó ferozmente en la cabeza.
Hoy es un momento de inmenso dolor para la familia de Mica, pero también es momento de encontrar respuestas a tantos interrogantes que se fueron acumulando
