En Bahía Blanca, la proliferación de palomas se ha convertido en un problema significativo que preocupa a ciudadanos y autoridades. Según Pedro Tellarini, veterinario especializado en aves, la situación es alarmante debido al creciente número de estas aves, que supera lo tolerable y deseable.

Tellarini destacó que el aumento en la población de palomas se debe a varios factores. La ausencia de depredadores naturales, como halcones y gavilanes, y la abundancia de comida y agua en la ciudad contribuyen a este fenómeno. Además, las palomas se han adaptado tanto al clima como a la disponibilidad de alimentos, reproduciéndose durante todo el año con mayor facilidad en la actual época de cría.

El veterinario subrayó la necesidad de implementar métodos éticos y multifactoriales para controlar la plaga. Los métodos deben respetar tanto los derechos de los animales como la convivencia humana, evitando soluciones crueles. Entre las estrategias propuestas están el mantenimiento de áreas limpias, la utilización de repelentes naturales y la instalación de dispositivos que impidan el anidamiento.

Una de las soluciones en discusión incluye el uso de anticonceptivos para palomas, como el Nicarbacina, que ha demostrado ser efectivo en otros lugares. Esta sustancia evita la reproducción sin dañar el medio ambiente ni a otras especies. Además, la municipalidad está colaborando con el CONICET para realizar un estudio detallado sobre la población de palomas en la ciudad y evaluar la mejor manera de abordar el problema.

En resumen, Tellarini recomendó que los ciudadanos no alimenten ni proporcionen agua a las palomas y mantengan limpias las áreas donde podrían anidar. Con un enfoque ético y estrategias adecuadas, es posible gestionar la plaga de palomas y reducir su impacto en la comunidad.