Los aumentos docentes resultantes de las paritarias en la Provincia de Buenos Aires suelen ser una noticia que se reproduce en términos confusos, que tienden a impactar en la opinión pública en función de que se interprete que dichos aumentos son “altos” y, en momentos de conflicto, desacreditar el reclamo.
Lo primero que hay que decir es que, en líneas generales, ese “aumento”, se calcula sobre el salario básico docente, dato que siempre se desconoce o se suplanta por el salario de “bolsillo”. Nuestro salario básico, por un cargo, es de 20674$. Así de magro, y sobre esa base se calculan los porcentajes de aumentos. De “bolsillo” cobran quienes recién inician, 48507$, que incluyen las sumas en “negro” (incentivo docente, por ejemplo).
El aumento propuesto, que en forma escalonada iremos percibiendo, lleva este salario “básico” a 23661 a cobrar en DICIEMBRE. Y el de bolsillo, para esa fecha aumentará a 52568$.
Fácil es la cuenta. Del tan promocionado 45% de aumento, la cifra real se transforma en $4079 que se devorará la inflación antes de que lo lleguemos a cobrar.
Pero además del salario, hay muchos y diversos aspectos que deberían tratarse en los acuerdos paritarios. En estos momentos el inicio de la vuelta a la presencialidad plena, con el total de alumnos y alumnas concurriendo (rompiendo la modalidad de burbujas), expuso que la decisión se tomó, sin tener en cuenta las condiciones de infraestructura y de mobiliario necesarias para respetar el supuesto “protocolo” que evitaría el contagio (faltan bancos, sillas y espacios áulicos para ubicar a lxs alumnxs a una distancia segura.) Tampoco se hizo una pregunta central: ¿cuántos docentes no están vacunados con las dos dosis y que van a comenzar a trabajar en estas condiciones? La necesidad de la presencialidad es indiscutible para el proceso de enseñanza -aprendizaje. Y nos preocupa enormemente la situación pedagógica en la que han quedado nuestros alumnos y alumnas. Poder transitar de la mejor manera posible la educación en tiempos de pandemia para evitar lo que hoy está sucediendo, hubiera requerido de conectividad para lxs alumnxs y mayor cantidad de cargos docentes para que ese proceso pudiera darse sin la sobrecarga laboral que produjo y para una mejor atención de lxs estudiantes y el acompañamiento a sus familias. Esto no ha sido un punto definitorio en las discusiones paritarias, y debieran haberlo sido, ya que nuestras condiciones de trabajo van ligadas a las de nuestra matrícula y sus familias. Si lxs estudiantes no tienen dispositivos ni conectividad, nuestra tarea se vuelve más compleja e impacta, no solo en nuestra carga laboral, sino en las posibilidades de aprendizaje de los contenidos de alumnos y alumnas.
Lamentablemente, (igual que el año pasado, sobre fin de año) el gobierno decide hoy nombrar cargos (precarios) para esta esta tarea, pudiendo hacerlo, (tanto el año pasado como este) en el inicio del ciclo lectivo y por todo el transcurso del mismo. Así se hubiera podido atender nuestra matrícula mucho mejor tanto la virtualidad como la presencialidad, evitando que tantos alumnxs tengan materias y contenidos de promoción acompañada, o aprobando el curso con menos de los contenidos mínimos.
Se está destinado dinero en la educación con un fin electoral ( y a tres meses de finalizar el ciclo lectivo), y no se hizo cuando era necesario para evitar que los alumnos y alumnas llegaran a este punto en sus trayectorias.
También esto debería ser objeto de las discusiones paritarias. Como se ha señalado, no lo fue. Y tampoco fue tenida en cuenta la opinión de la docencia en cuanto a la propuesta salarial, ya que no se la consultó ni se le dio tiempo para analizarla.
Estas prácticas inconsultas y que no tienen en cuenta la integralidad del trabajo docente, son las razones por las cuales, Suteba Bahía Blanca expresó su disconformidad y rechazo.