Notas de Opinión

Vacunas VIP: “los privilegios del poder son apenas la manifestación grosera de un régimen impotente para afrontar la pandemia”

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Cuando la bronca popular se hace sentir ante el desvío de vacunas en favor de los funcionarios y su círculo íntimo, el Presidente calificó como “una payasada” la investigación de la Justicia, de todas maneras de dudoso final. Aunque se vio forzado a despedirlo de su cargo, Fernández salió a defender a Ginés González García, elogiándolo como un gran ministro, a pesar de que la pandemia dejó a la Argentina entre los países más afectados del mundo, con dos millones de contagios y más de 50 mil víctimas, sin que tengamos las vacunas prometidas y administrando las pocas que hay con privilegios para funcionarios, empresarios amigos y burócratas sindicales. Su salida es apenas el reemplazo de un fusible, cuando el cortocircuito abarca toda la gestión capitalista de la pandemia, de la cual los privilegios del poder son apenas la manifestación grosera de un régimen impotente para afrontar la pandemia en beneficio del conjunto de la población.

La lista de los funcionarios de todas las generaciones y posiciones vacunados irregularmente empieza a hacerse interminable, e incluye a empresarios amigos como Florencio Aldrey y los burócratas sindicales con sus hijos menores.

La cuestión, que impacta de lleno en el Frente de Todos, ha empezado a averiar naves de la oposición, como el también vacunado (fuera de toda población de riesgo) Pablo Javkin, intendente de Rosario por el Frente Cívico de la impoluta Coalición Cívica de Elisa Carrió. También al gobernador Juan Schiaretti y sus funcionarios, incluyendo una larga lista de sindicalistas de la UEPC, el sindicato docente oficialista cordobés. Y al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, con la inexplicable vacunación de Amadeo Genta y su hijo, mientras muchísimas enfermeras y enfermeros de la Ciudad que el burócrata traiciona todos los días aún no han sido vacunados.

En la cuenta de Larreta y Fernán Quirós además está el hecho de haber suscripto convenios privados con siete prepagas y obras sociales para que vacunen a sus afiliados, cediendo el control del Estado de las prioridades de vacunación y estableciendo una objetiva diferenciación de clase entre los que pueden pagar una prepaga y los que tienen que esperar turno en los vacunatorios públicos. Una réplica PRO de la privatización norteamericana del sistema de vacunación del país líder en la pandemia, con medio millón de muertos.

El hecho de que casos similares estallaron en Perú, Italia o España, refleja la íntima conexión que hay entre esta corrupción y el manejo de los monopolios farmacéuticos y los Estados de las potencias capitalistas imperiales que han acaparado las conquistas de la ciencia agravando la desigualdad social hasta desamparar a países y hasta continentes enteros. Basta para botón de muestra que Pfizer espera ganar u$s15 000 millones, la mayor ganancia que haya registrado un laboratorio en una producción farmacéutica, mientras se niega la transferencia tecnológica a todos los países para la producción masiva que permita salvar millones de vida humanas. Precisamente, la fallida negociación con ese pulpo farmacéutico y el viaje secreto de Vizzotti a Rusia, han sido aspectos previos de la crisis de gabinete que sacude al gobierno y al país, asolado por la enfermedad, los despidos, la inflación y la miseria social.

Finalmente, el gobierno nacional, junto a todos los gobiernos provinciales, manda a abrir las escuelas sin haber puesto un centavo en la adecuación de infraestructura y seguridad y sin haber vacunado a un solo docente. En este sentido, es lapidario el informe de seguridad relevado en las escuelas dependientes de la Universidad Nacional del Sur. Las aulas no cumplen los requisitos mínimos de ventilación, entre otros. ¿Alguien tiene alguna duda de cuál sería el resultado si se hiciera un relevamiento similar en las escuelas dependientes de la provincia? No es un dato menor que en Bahía Blanca es el gobierno de Cambiemos, con Héctor Gay a la cabeza, el que se encuentra entre los principales impulsores de esta vuelta a la presencialidad, luego de un año de desinversión en infraestructura escolar y en un contexto donde los indicadores epidemiológicos alertan sobre el enorme riesgo de hacerlo en estas condiciones.

Ante semejante cuadro, planteamos la anulación de las patentes para socializar las vacunas desarrolladas por la ciencia, en casi todos los casos con financiamiento de los Estados poderosos en favor del negocio privado de los laboratorios. La centralización del sistema de salud y producción farmacéutica por el Estado y bajo control de los trabajadores. Y, a partir de la organización del personal de salud, establecer un control de la distribución, de la administración y aplicación de las vacunas según las verdaderas prioridades: personal de salud, adultos mayores, docentes, etc.

Néstor Conte, es dirigente del Partido Obrero en el Frente de Izquierda-Unidad (Bahía Blanca)

Esta entrada ha sido publicada el 28 de febrero, 2021 09:00

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