La pandemia sorprendió desestructurando nuestra vida cotidiana.
Trabajo, reuniones, actividades sociales, riesgos sanitarios y también la educación.
Por imprevista y por novedosa, no hay experiencias de una pandemia tan grave y que afecte a todo el planeta.
Se interrumpió la concurrencia a las escuelas. Al principio como algo momentáneo, todos pensamos que sería la primer cuarentena y luego volveríamos.
Al confirmarse que sería así, se buscaron alternativas para continuar los procesos pedagógicos de manera virtual.
Comenzamos con mails, whatsapp, Facebook, cuadernillos y seguimos con classroom y zoom. Hasta se facilitaron números de teléfonos personales o redes sociales que no fueron utilizadas en un día u horario acotado sino full time.
A las dificultades tecnológicas de acceso por parte de docentes y las familias por falta de equipos e internet se sumaron los desafíos de cambios de forma de trabajo, el aprendizaje de lo virtual, la organización de los tiempos, los contenidos.
Las familias tuvieron que reorganizarse, a la convivencia se le sumo un cumulo de actividades que habitualmente se realizan en las escuelas como las explicaciones y el seguimiento de tareas.
En una situación en la que no todos tienen condiciones habitacionales o tecnológicas adecuadas.
Las mujeres tuvieron que asumir estas responsabilidades por sobre las tareas de cuidado que generalmente asumen. Ser docentes y madres.
Frente a la necesidad e importancia de la vuelta a las clases presenciales hay distintos elementos a evaluar: infraestructura, organización escolar, sanitizacion de espacios, tareas de cuidado, transporte.
El parámetro sanitario que se adoptó es de 150 casos semanales cada 100000 habitantes. Distancia mínima de 1,5 m entre alumnes. Hasta 15 alumnes x encuentro.
No todas las aulas cumplen las condiciones por lo que habrá que desdoblar clases.
Es distinto cuando un solo docente esta frente a grupo que quienes deben cambiar de escuela o tienen horas semanales
Será complejo coordinar las clases presenciales y las virtuales ya que los mismos docentes deberán planificar, ejecutar y evaluar en ambas modalidades.
Los elementos a tener en cuenta en la vuelta a la presencialidad son varios:
Escalonar los horarios de ingreso y egreso
Equipar las escuelas con los medios de sanitización
Asegurar la limpieza de espacios entre grupos
Cubrir las suplencias de docentes y auxiliares con problemas de salud que les impida concurrir.
El traslado es otro elemento: en las horas pico la población de los colectivos y la coordinación en los transportes escolares.
Cuando surjan contagios deberá haber protocolos de cierre de grupos, aislamiento de alumnes y docentes teniendo que habilitar a las familias para tareas de cuidado.
Se entiende que hasta que no exista baja cantidad de circulación viral o alta vacunación la presencia en la escuela será acotada en días y horarios
La valoración de clases presenciales es compartida por toda la comunidad, la importancia central de la educación se vio expresada en el esfuerzo de docentes, familias y alumnes para dale continuidad en condiciones muy complejas como se comprobó en todo 2020.
Es evidente la necesidad de nuestros niñes y adolescentes de encontrarse, intercambiar, jugar, aprender entre ellos. Estas son edades claves para el desarrollo donde la escuela es un espacio diverso, protegido, de respeto y promoción de derechos.
La postura de especulación política de Juntos por el Cambio planteando la vuelta a clases presenciales parte de premisas engañosas y manipuladas.
Sería afirmar que no hubiese habido clases en 2020, que no se hubiese trabajado por parte de las familias, les docentes y alumnes, que no se hubiesen realizado aprendizajes.
Que los docentes y el gobierno no quisieran la vuelta a las escuelas.
Como si el planteo de vuelta a clases presenciales fuera a la realidad previa a la pandemia, todos los días, todos los alumnos.
Hacer de las vuelta a clases presenciales un slogan de campaña es no reconocer la complejidad de la situación sanitaria, las limitaciones de infraestructura, lo difícil de cumplir los protocolos con niñes y adolescentes en grupos grandes, la realidad de docentes intercambiando diariamente con cantidades de grupos y alumnos.
La educación pública es uno de nuestros mayores valores como país, fruto del esfuerzo y la lucha por el ejercicio de su pleno derecho contra dictaduras y planes de ajuste.
A la educación pública no se cae como dijo Macri, no la ejercen voluntarios ni trabajadores part time que deben ganar poco como si se tratara de un segundo empleo.
Lo ejercen docentes que estudian, se capacitan, superan obstáculos y muchas veces arriesgan su vida como Carlos Fuentealba, Sandra Calamano y Rubén Rodríguez.
Es la 1420, la reforma universitaria, la lucha por la educación laica, la Carpa Blanca entre otras luchas y, en Bahía Blanca, el Escuelazo de 2001 con una marcha multitudinaria en su defensa.
Todes queremos volver a la escuela, lo que queremos es asegurar las condiciones sanitarias para alumnos docentes, auxiliares y sus familias.
Habrá que colaborar, ser solidarios, escuchar a la comunidad, dialogar, estar atentos y comenzar a recuperar una nueva normalidad de manera gradual y responsable.
Entendiendo que la educación es un derecho que debe ser respetado, la escuela un lugar central de este proceso, les docentes, las familias y les alumnos protagonistas de una experiencia que se construye cotidianamente y para la que es necesario tener un presupuesto adecuado.
Por Edgardo Raúl Ayude, docente y dirigente político de Nuevos Vientos