Santiago Bordieu, un profesor de Educación Física de 28 años oriundo de San Isidro, murió en Hawaii, Estados Unidos, cuando se encontraba de vacaciones junto con sus amigos.
El accidente se produjo cuando Bordieu saltó al mar desde un acantilado. Al ver que luego de unos segundos no regresaba a la superficie, un amigo suyo también se arrojó al agua para rescatarlo.
Minutos después, cera de las 18:20, llegaron motos de agua del departamento de seguridad oceánica de Honolulu, con un equipo de rescatistas. 15 minutos después fue encontrado y trasladado al hospital, donde finalmente falleció.
Spitting Cave, el lugar donde sucedió el hecho, es un acantilado ubicado en la isla de Oahu, en el vecindario de Portlock, al este de Honolulu. Se trata de una formación rocosa que desciende abruptamente hacia el océano, caracterizada por sus olas potentes y una cueva marina que expulsa agua con fuerza cuando las corrientes chocan contra sus paredes, lo que le da su nombre.
A pesar de su belleza, Spitting Cave es considerada una zona peligrosa y fue escenario de múltiples accidentes y rescates. Autoridades locales advierten sobre los riesgos de saltar desde el acantilado, ya que las corrientes pueden dificultar el regreso a la orilla.