En pleno año electoral, el Gobierno recalibra los planes para las políticas económicas sensibles, como la política tarifaria. El oficialismo necesita ganar las elecciones para generar confianza, atraer inversiones y sumar legisladores para profundizar las reformas estructurales. Por ese motivo, las tarifas de luz y de gas se moverán en línea con la inflación, mientras que se mantendrán los subsidios para casi 10 millones de familias.
En cuanto a los precios de las boletas, el Ministerio de Economía definió que se actualizarán en línea con la inflación. “No vamos a congelarlas como hacía el kirchnerismo“, afirmó a TN una fuente oficial. En los primeros dos meses del año la Secretaría de Energía habilitó aumentos incluso por debajo del índice de precios: autorizó un incremento de hasta 1,6% para luz y gas con una inflación que se prevé en torno al 2%.
Para poder dar marcha atrás en los aumentos, el Gobierno modificará la rebaja en la quita de subsidios. El viernes la cartera que conduce María Tettamanti informó que se achicará la bonificación de subsidios que tienen los usuarios nivel 2 y nivel 3 (ingresos bajos y medios). En el caso de la luz, las familias en nivel 2 pasarán a tener subsidiado el 65% del costo de la electricidad (antes era el 72%). Las de nivel 3 pasarán del 56% al 50%. Esto se mantendrá, pero no se hará en febrero, sino que será “prorrateado” a lo largo del año, informaron fuentes oficiales.
Este cambio de último momento en los montos de subsidios le permitirá al Gobierno darle continuidad a la baja en el monto de subsidios, fundamental para mantener el superávit fiscal, una de las anclas del programa económico, aunque finalmente lo hará de modo más gradual.
En la Casa Rosada saben que gran parte de su apoyo proviene de sectores populares, como así lo reflejan distintas encuestas, y ponen especial atención en lo que pueda suceder con la inflación. Si la baja de subsidios se traduce en aumentos de los cuadros tarifarios, impacta en el IPC del mes porque el resultado es un mayor precio de la energía a pagar por el usuario. Hoy, el principal objetivo del ministro de Economía, Luis Caputo, es llevar la inflación al 1% mensual.
Incluso, el Gobierno podría dejar para más adelante los cambios en la política de subsidios. Cuando asumió Tettamanti en Energía, uno de sus principales objetivos era modificar el esquema de subsidios. La idea era dejar atrás la actual segmentación tarifaria iniciada en 2022, que estipuló que los usuarios se dividan en tres niveles (1, 2 y 3), según los ingresos de la familia. El plan era ir a un sistema de tarifa social como regía en el gobierno de Mauricio Macri (2016-2019). De hecho, Tettamanti proviene de los equipos de campaña de Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio.
Pero aunque esa se considere como una política más óptima que la actual, la vuelta a la tarifa social pasará para el 2026, o al menos para después de las elecciones. La idea original era que la tarifa social, con fuertes subsidios para los sectores más vulnerables, llegue solo a quienes hoy están calificados como “nivel 2“. Dejar sin subsidios a los usuarios N3 de ingresos medios hubiera implicado retirar la ayuda estatal a 3,4 millones de familias, que hoy tienen la mitad de su tarifa subvencionada por el Estado.
Según fuentes oficiales, en el caso de la energía eléctrica, hay en total en el país 16.300.295 de usuarios. Los N2 son 6.080.801 y los N3 son 3.415.886, por lo que el 58% de las familias reciben subsidios a la luz.
En el caso del gas, cuentan con acceso a la red 9.517.008 usuarios. Los N2 son 2.971.587 y los N3 son 2.373.426, por lo que el 56% de las familias tienen subsidios al gas.
Esta entrada ha sido publicada el 5 de febrero, 2025 07:29
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