Podés pasar el finde, comer un asado, acampar y disfrutar de las actividades, pero desnudo. Un lugar para conectar con tu naturaleza y la del lugar.
En la ciudad de Moreno, Buenos Aires, hay un lugar que todos conocen. Algunos vecinos, dicen que alguien les contó que es un lugar nudista y otros, dieron la indicación exacta de cómo llegar. Lo cierto, es que el campo nudista existe, tiene seis hectáreas y se llena todos los fines de semana.
Desde Av. General Savio 5402, se puede ver a callecita escondida con un cartel que dice “El Paraíso” (@elparaísosw). El campo no está a la vista, para llegar se atraviesa un bosque en el que se dimensiona el tamaño del lugar. “Este es un lugar icónico para los que practican el nudismo, existe hace más de 20 años. Nosotros tuvimos la posibilidad de comprarlo y refaccionarlo”, dijo Marcelo, dueño del lugar.
Hay muchas maneras de poder “prácticar” el nudismo, el modo más conocido es sin duda las playas nudistas. Moria Casan fue quien introdujo la idea y el reconocimiento del movimiento en Argentina en 1994, cuando instaló la primera playa nudista Franka, en Mar del Plata.
En este campo nudista, no es obligatorio estar desnudo, podés disfrutar simplemente de las comodoties del lugar: “Es cuestión de venir y animarse. Vení sin pensar en algo, a disfrutar del lugar, la pileta, el jacuzzi. De a poco la gente se empieza a aflojar y con el tiempo se termina desnudando”.
Hay espacios en los que la desnudez es obligatoria; sin embargo, es decisión de cada uno ir a ese lugar: “En la pileta, por ejemplo, hay que estar desnudo. Como excepción, las mujeres tienen la posibilidad de dejarse la parte de abajo de la bikini”.
En este tipo de lugares no se miran los cuerpos: “Te miran a la cara. Todos charlan con todos, pero del cuello para abajo no existís” dijo la Turca, quien comenzó siendo nudista viniendo a este lugar junto a su marido, el Tano.
“Generalmente, el nuevo es el que mira los cuerpos, incluso va a mirar porque va a pensar que él está siendo observado. Para nosotros es normal, y no llama la atención ver ningún tipo de cuerpo”, dijo Verónica, quien hace más de 12 años práctica el nudismo.
Solemos asociar el sexo con el nudismo, porque es lo que hacemos cuando sucede. Sin embargo, en este espacio tener esta libertad, tiene otro significado: “No hay placer sexual en el estar desnudo, a menos que uno así lo desee. Pero no están relacionados”, comentó Verónica.
Incluso, dentro del predio hay un espacio llamado “El caminito de la pasión”, en el que busca inspirar a las parejas. Con la privacidad de estar rodeado de naturaleza y la comodidad de algunas instalaciones en el lugar, estos espacios permiten arrumacos a cielo abierto: “La gente puede venir interactuar y bueno, dejar que fluyan las cosas”, dijo Marcelo.
Como en cualquier espacio, el respeto y el consentimiento es regla fundamental del lugar: “El respeto es nuestra regla número uno”.
El paraíso invita a la comunidad LGTBQIA+, heteronormativos, parejas swinger y curiosos, a disfrutar del lugar: “Me gustaría que la gente sienta, que atraviese el portón y que pueda disfrutar la conexión total con la naturaleza”, cerró Marcelo.
La ropa también habla de nosotros, de la cultura, el estatus, incluso de nuestras inseguridades. Estar desnudo, es una exposición genuina de quienes somos. “Ser nudista es tener la libertad de ser lo que uno es. Estando desnudos somos todos iguales”, dijo Verónica, esposa de Marcelo.
La Turca y el Tano son nudistas hace cinco años y lo descubrieron probando. “Siempre nos dio curiosidad, hasta que un día vinimos con amigos. Desde ahí, nunca dejamos de ser nudistas”, dijo La Turca.
Marcelo y Verónica son nudistas hace doce años e iniciaron probando en una playa nudista: “Marcelo se desnudó más rápido a mí, me costó un poco más. Primero me animé a ser topless, me costó porque yo pensaba que me iban a observar”.
Cuando vinieron a este campo comenzaron a involucrarse más en el ambiente. Sintieron la conexión con la naturaleza y la libertad: “Nos gustó tanto el lugar que empezábamos a venir más y más hasta cambiamos los destinos de las vacaciones para venir acá”.
Este campo, a diferencia de otro, no permite niños. Ya que la finalidad es el disfrute del espacio para adultos. Sin embargo, el nudismo también habilita a algunos lugares a que familias enteras se instalen para disfrutar de la libertad de estar desnudos.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 11 de noviembre, 2024 09:45
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