El padre Julio César Grassi, condenado por dos episodios de abuso sexual infantil, reclamó salir en libertad condicional tras cumplir los dos tercios de la pena. En efecto, la Justicia resolverá este jueves a las 13.30 si le concede o no el beneficio.
Pasadas las 11, el Tribunal en lo Criminal N°1 de Morón comenzó a analizar el pedido del cura. La jueza dispuso 15 minutos de exposición para las partes, y el primero en tomar la palabra fue Grassi. Sin embargo, dijo que se sorprendió por el poco tiempo que le dieron para fundamentar su pedido de libertad condicional y solicitó un cuarto intermedio breve.
Cuando regresó, aseguró que es “inocente” y mencionó varios casos donde se condenaron a personas que no habían cometido ningún delito. “Muchas veces, un error judicial puede llevar a una persona inocente a la cárcel”, sostuvo.
“Yo he militado como sacerdote y con acciones en barrios populares contra todo tipo de maltrato frente a los niños y adolescentes. Para mí, eso es aberrante y lo repudio”, sumó.
También habló de cómo lo trataron durante sus años de detención, y dio detalles de los resultados de las pericias psicológicas que le hicieron.
“Mientras estaba procesado y vivía en San Justo, nunca llegué tarde a la casa donde estaba, siempre tuve una actitud estricta para poder cumplir”, agregó como fundamento para pedir la libertad condicional.
Además, dijo que con todo lo que hizo dentro de la cárcel, espera que al salir, pueda seguir adelante y dedicarse a la abogacía. “No me parece justo que digan que es inconsistente el trabajo que pretendo hacer”, dijo.
“Desde el momento de la acusación, hace 22 años, hasta ahora, no pueden decir nada de mi conducta. El abuso siempre representa una actitud de poder, daño contra una persona débil, y nada de eso ha ocurrido. Voy hacer útil a la sociedad, si la iglesia me lo permite”, sostuvo.
“Mi esencia es ayudar y quiero hacerlo ahora como sacerdote y abogado, para ayudar a los pobres”, dijo por último, antes de solicitar la libertad condicional.
Por su parte, el fiscal de ejecución Mario Ravizzini, dijo que Grassi se encuentra habilitado a pedir la libertad condicional, ya que cumplió los dos tercios de la condena. Sin embargo, objetó que el condenado no aceptó hacerse la pericia psicológica y cuestionó la vivienda a la que pretende ir a vivir en caso de salir, ya que se trata de una casa en la que vivirá solo.
“Por todas estas circustancias, solicito que no le den la libertad condicional”, concluyó.
El abogado Sergio Piris, que representa a la víctima, aseguró que Grassi nunca mostró arrepentimiento y que no está listo para salir en libertad. “Es una falta de respeto todo lo que está haciendo este señor, no puede estar en libertad bajo ningún punto de vista, y solicito que se rechace la petición”, dijo por último.
Finalmente, fue el turno de Juan Pablo Gallego, también abogado de la víctima, que pidió que el acusado continúe preso. “El daño de la víctima se va a ahondar si este hombre sale antes de tiempo”, mencionó.
“Dice que su hermano va a ser garante de la casa a la que se quiere ir a vivir, pero no es garante de nada. Se quiere ir a la casa de un militar que es amigo suyo. Es rarísimo. Se va a ir a vivir a una casa de un militar que no sabemos quién es y dijo que va a seguir trabajando como sacerdote, que es donde más daño hizo”, fundamentó.
“Este hombre en cuatro años va a quedar libre, hay que pensar qué vamos a hacer con él. Es un peligro”, argumentó.
“Hay una continuidad en la vida de una persona, si durante todo el proceso y la condena me he comportado procesalmente como corresponde, será también en la externación que me comportorá como corresponde. Señores jueces, quedense tranquilos y denme las exigencias que me quieran dar”, dijo finalmente Grassi durante sus últimas palabras. La decisión del tribunal se conocerá a las 13.30.
El caso Grassi
Grassi fue condenado en 2009 a 15 años de cárcel porel caso “Gabriel”, ocurrido en la Fundación Felices los Niños, justamente fundada por el imputado y cuya sede funcionaba en la localidad bonaerense de Hurlingham.
Este delito fue reiterado en dos hechos en concurso real entre sí, que a su vez concurrieron formalmente con corrupción de menores agravada por su condición de encargado de la educación y de la guarda, por los hechos cometidos en noviembre y diciembre de 1996.
Actualmente, Grassi está preso en la Unidad 41 de Campana, donde se recibió de abogado en abril de 2023. Luego de obtener el título, el cura resolvió representarse a sí mismo y desplazar a su equipo de abogados, que habían formulado en septiembre del año pasado el primer pedido de libertad condicional.
A lo largo de los años, la defensa de Grassi fue presentando distintas impugnaciones. En 2010, la Sala II del Tribunal de Casación Penal bonaerense confirmó la sentencia condenatoria.
Tres años más tarde, la Corte bonaerense rechazó los recursos extraordinarios y, ya en 2017, la Corte Suprema de la Nación dejó firme la condena tras declarar inadmisible un nuevo recurso interpuesto por la defensa del religioso.
Cumplido este proceso, se realizó el cómputo de la pena, fijada inicialmente hasta agosto 2026 por la aplicación de la figura procesal conocida como “dos por uno”, que estableció que las personas con prisión preventiva durante más de dos años tenían el derecho a compensar la demora del Estado en llevarlas a juicio a través del cómputo doble del tiempo en exceso que permanecieron en prisión sin haber recibido condena.
En el caso de Grassi, el cálculo quedó bajo revisión de la Cámara de Apelaciones de Morón, que en junio del año pasado declaró la inaplicabilidad de ese beneficio y ordenó fijar la culminación de la condena para el 30 de mayo del 2028, tomando como fecha base la detención del cura, ocurrida en 2013.
El Código Penal, en su artículo 13, determina que los condenados a prisión por más de tres años con dos tercios de la pena cumplida “podrán obtener la libertad por resolución judicial, previo informe de la dirección del establecimiento -penitenciario- e informe de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social”.
La normativa menciona que este beneficio no aplica para los delitos contra la integridad sexual. Será uno de los argumentos que Juan Pablo Gallego, abogado de la querella, sostendrá durante la audiencia.
El 10 de junio de 2009, Grassi fue condenado por el Tribunal en lo Criminal N° 1 de Morón a la pena de 15 años de prisión por los delitos de abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, tras una investigación de “Telenoche Investiga”, por eltrece.
Fuente: TN