Martes 13 en pleno tránsito de Mercurio retrógrado y en un año bisiesto, la combinación puede angustiar a más de uno. Quizá por superstición, cultura popular, mitos y asociaciones, este martes no suena como un día fácil de navegar. Pero, ¿qué dice la numerología?
En primer lugar, la numeróloga Julieta Rutenberg aclara en diálogo con Clarín que, desde esta disciplina, “los números no son ni malos ni buenos”. En todo caso, la mala fama de esta combinación del segundo día de la semana con el décimo tercer día de un mes tiene asidero en varios sucesos.
“Todos los mitos tienen su asidero y, a lo largo de la historia, determinados sucesos fueron acompañados por esta frecuencia”.
El 13 y su frecuencia se han asociado con momentos de la historia que se convirtieron en fechas fatídicas, tuvieron consecuencias desafortunadas y generaron temor en muchas personas. De hecho, existen palabras para nombrar exclusivamente la fobia al 13 y sus combinaciones. La fobia al 13 se denomina triscaidecafobia; al viernes 13, parascevedecatriafobia; y al martes 13, trezidavomartiofobia.
¿Por qué da “mala suerte” el martes 13?
Para encontrar de dónde viene la mala prensa del 13 tendremos que ver algunos episodios de la tradición cristiana. Se cree que este número “llama” a la mala suerte porque se corresponde con el número de comensales de la última cena de Jesús con sus discípulos. Además, el décimo tercer discípulo es Judas Iscariote, quien traiciona a Cristo.
El 13 es una frecuencia que alude a la muerte y al renacimiento, pero la cultura también lo asocia con episodios trágicos de la historia. Foto: ilustración Shutterstock
Con el paso del tiempo, la superstición de que este número atraía calamidades se fortaleció en la cultura popular. Hay quienes no tendrían una fiesta con trece personas, mucho menos una comida. Allí, surge la combinación que termina de espantar a unos cuantos: el martes 13.
Otro episodio de la tradición judeocristiana que se vincula a un martes 13 establece que la destrucción de la torre de Babel se produjo este día.
El segundo día de la semana se asocia con conflictos, discusiones o discordia general. Se lo debemos a la cultura grecorromana: el martes era el día de Marte (o Ares para los griegos), el dios de la guerra. Rutenberg indica que se creía que el planeta rojo gobernada este día.
La propuesta que ofrece el número 13 en la numerología
Pero, ¿qué dice la numerología acerca de estas complejas energías? Rutenberg aclara que, en primer lugar, se trata de “frecuencias vibracionales que funcionan en su polo tanto positivos como negativos”. Es decir, forman parte del Universo como cualquier otra frecuencia y existe por un motivo.
“El universo es absolutamente inteligente en su criterio energético, cada frecuencia que se crea en la totalidad del cosmos sirve para algo —afirma la especialista—, el caso de la frecuencia del número 13 no es la excepción”.
La numeróloga señala, por ejemplo, que el 13 propone una verdadera integración que nos impulse a “la reestructuración” y la “transmutación”. Es una oportunidad energética de introspección y reflexión como la que brinda el tránsito de Mercurio retrógrado.
El martes estaba regido por Marte (Ares) el dios de la guerra. Foto: ilustración Shutterstock
Desde la mirada de la numerología, el 13 se refiere a reorganizar porque da como resultado el número 4 (1+3 = 4), una frecuencia que alude a capitalizar y materializar. “El 4 simboliza la estructura y da cimientos”.
Es cierto que cada fecha tiene su propia frecuencia. La semana anterior, con el Portal del León, la triple frecuencia en 8 (del día, el mes y el año) nos invitó a “establecer intenciones y visualizar nuestros sueños”. Ahora, ¿cómo puede darse esto si no hay un deseo de renacer, reordenar y transmutar lo que ya no forma parte de nuestra vida?
En ese sentido, Rutenberg precisa: “El 13 es el principio de la transformación universal que lo contiene todo. La destrucción y la creación son un binomio inseparable. El 13 da paso a la renovación donde la esencia se reinventa infinitamente para crear la inmortalidad”, indica la numeróloga.
La frecuencia 13 nos llama a reflexionar, transmutar y renacer. Foto: ilustración Shutterstock
En resumen, aunque puedas sentir algo de aprehensión por la fecha y sus circunstancias, Rutenberg propone que recordemos que el 13 “corresponde al primer número después de la finalización de un ciclo (12)” y, por eso, da pie a un nuevo ciclo de nacimiento, muerte y regeneración.
Asesoró la numeróloga pitagórica Julieta Rutenberg. En Instagram, @julirute.
Fuente: Clarín