El impacto económico se redujo 22,2%, según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En algunos destinos del país la caída alcanzó el 60% desde diciembre y el receso de invierno era la gran apuesta para recuperar algo de lo perdido durante los primeros meses del año.
En lo que va del 2024 hubo cuatro fines de semana largos y, según registros de Came, viajaron 8,4 millones de turistas, que gastaron $1.369.395 millones (US$1488 millones a dólar oficial). Para esta altura del año, en 2023 hubo seis fines de semana largos, donde viajaron 11 millones de personas, que gastaron $409.000 millones (US$1543 millones a valor del dólar oficial de esa fecha).
En ese contexto, un consumidor más medido condicionó las decisiones de gasto en la temporada alta de invierno. Así, la estadía media pasó de 4,5 días en 2023 a 4,1 este año.
El total del gasto fue $1200 millones en las ciudades que integran el circuito turístico nacional, con un impacto económico que se desplomó 22,2% en relación con el año anterior. El desdoblamiento de las vacaciones de invierno generó un movimiento de turistas a lo largo de cuatro semanas durante el receso de mitad de año. En ese lapso, de acuerdo con los datos de Came, viajaron 4,9 millones de turistas, lo que representó una baja del 11,9% respecto de 2023.
“Los números de las vacaciones 2024, elaborados por Came con base en información brindada por entidades de provincias y municipios, reflejan un mes con bajo consumo en actividades, y con un público fiel a la nieve que achicó estadías, pero no dejó de pasar por los centros de esquí”, indicó la entidad.
En tanto, el gasto diario en promedio fue de $59.890, que a precios reales (es decir, descontando la inflación) resultó 3% inferior a la temporada pasada.
“Fue un invierno frío, con las zonas de playas menos concurridas que otros años, y un visitante que se inclinó a opciones termales, montañas, nieve y campo. Además, tampoco hubo incentivos como otros años con el programa Previaje”, concluyó Came.