Las empresas lácteas atraviesan una profunda crisis derivada de la caída del poder adquisitivo. Entre enero y mayo las ventas de productos lácteos, en volumen, sufrieron un retroceso en promedio del 16%, pero lo cierto es que en productos con mayor valor agregado el desplome es aún mayor y acumula bajas de hasta el 51% respecto al mismo período del año anterior.
Según los datos del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), se destaca, analizando por grupo de productos, una caída muy importante en todos los rubros, salvo quesos que cayó un 7,6% en litros equivalentes. Los productos de mayor valor agregado y unitario como quesos de pasta muy blanda, quesos rallados, leches saborizadas, yogures, flanes y postres presentaron una gran caída asociada a las subas de precios y al retraso en el poder adquisitivo del sector medio de la población que demanda en mayor cuantía estos productos.
Por caso, productos como las leches saborizadas o chocolatadas, que presentaron una muy alta tasa de crecimiento en el año 2022 (29%), y que era solo por efecto de comparar con un año donde las ventas fueron extremadamente bajas, en 2023 crecen solo un 3,3% y ahora en 2024 se desploman un 43,6%, casi a niveles de pandemia.
En este marco, el análisis de OCLA explica: “Es contundente que las ventas y por ende el consumo, presentan en los últimos años una tendencia a la baja en general y una primarización del mismo (productos más básicos: leches fluidas no refrigeradas, quesos al peso de segundas y terceras marcas y yogures bebibles de litro) en detrimento de aquellos productos de mayor valor agregado y por ende económico. Esta situación sin duda se da por un fuerte deterioro de los niveles de ingresos reales, fundamentalmente de los segmentos medios de la pirámide de ingresos, lo cual al margen de reducir el volumen de consumo, afecta el valor del mix de ventas haciendo que se facture un menor valor en las ventas internas”.
Mientras tanto, las empresas replantean planes para el segundo semestre del año. Si bien no se proyectan por este momento suspensiones en la industria, sí se han postergado planes de inversión y expansión que se habían pautado meses atrás. Es que el escenario se muestra por lo menos complejo.
El informe del OCLA plantea: “los mayores poderes de compra de la leche por parte de la industria al productor se incrementaron en los primeros meses del año para el destino externo y la traslación al mercado interno de esos precios, más la fuerte inflación generalizada, y el deterioro del poder adquisitivo de la población (sobre todo su estrato medio que define los mayores niveles de consumo), abren un gran interrogante respecto al comportamiento del consumo interno, sobre todo la convalidación de las importantes subas de precios“.
A su vez se abre otro problema para las empresas que exportan: “la queda en los precios internacionales y el fuerte deterioro del tipo de cambio, hacen peligrar el destino externo de la producción, sumado a que la producción no solo se viene recuperando en términos interanuales, sino que también está en el ciclo estacional creciente hasta octubre/noviembre. Por lo tanto, hay que prestar mucha atención al frente interno. Es fundamental que continúe el proceso de convergencia de los precios de los productos lácteos (estabilización) en el mercado interno con la suba de salarios (incremento del poder adquisitivo) para que no se genere una sobre oferta en el mercado doméstico en los próximos 6 meses”, detalla el informe del OCLA. (Ambito)