Las temperaturas máximas rompen todos los récords en las últimas semanas. Muchos en la Costa Atlántica aprovechando, otros en las piletas también, y quienes pueden aprovechan a prender el aire acondicionado. Sin embargo, también están quienes no pueden disfrutar de algunos lujos y no tienen más remedios que buscar alternativas.
Por eso mismo, te traemos varias propuestas para que puedas ventilar y refrescar tu hogar sin necesidad de gastar una fortuna en aires. Y si bien no es lo mismo, vas a ver como con un poco de creatividad vas a lograr bajar algunos grados.
Además de estas propuestas, hay algunas recomendaciones que lógicamente no pueden faltar. Entre ellas, evitar que el sol entre a la casa: siempre es recomendable cerrar las persianas y cortinas durante los horarios de más calor, y si se dispone de blackouts, bajarlos al máximo. Esto incluso impacta hasta en seis grados.
Lo mismo ocurre con la ropa: siempre se recomienda utilizar las prendas más livianas, y sobre todo intentar evitar el negro, más aún si va a haber exposición a los rayos del sol.
Sin más preámbulos, repasamos entonces las 5 mejores formas de refrescar tu hogar sin gastarte hasta el último peso en un aire.
Concepto conocido, que tomó fuerza durante la época del Covid-19 ya que sirvió también como prevención para los contagios. La ventilación cruzada permite que el hogar se refresque, aunque es importante tomar ciertas precauciones para evitar golpazos.
Ventilación cruzada, una buena forma de evitar el calor sin aire acondicionado.
¿Cómo se realiza? Fácil. Basta con dejar abiertas ventanas (o puertas) en sectores opuestos de la casa. Eso genera corrientes de aire que ventilan el hogar y, con el recambio de temperaturas, lo enfrían. Aún así, no es recomendable hacerlo en los horarios de más calor, pero puede hacerse durante la mañana y la noche.
Especial atención si abrimos puertas para realizar este proceso, porque son las que más fácilmente se golpean con las corrientes de aire o viento.
Uno de los grandes dolores de cabeza durante el verano son los pisos y la absorción del calor. Lo vemos en las veredas y en las calles, pero también lo sufrimos dentro de casa. Por ejemplo, los suelos de loza o madera suelen contener mucho el calor, y se hace pesado soportar el día así.
En este caso la solución es tan tediosa como práctica: lavar los pisos con agua fría. No hace falta que sea una limpieza puntillosa (aunque tampoco viene mal aprovechar el momento), pero el hecho de enfriar el piso funciona bien y permite que la casa entera se refresque.
Si buscamos un tip extra, se recomienda realizar el proceso en la vereda también y, en caso de tener patio, en el patio. Ayuda a crear un ambiente más fresco y a reducir el impacto del sol.
¿No tenemos aire acondicionado? Es bastante más normal de lo que parece, considerando el elevado precio que tiene. Pero aún así, sin aire, sí tenemos un montón de dispositivos electrónicos en nuestro hogar. Y aunque parezca que no, el hecho de tenerlos encendidos (o a veces hasta enchufados) genera un calor adicional que impacta con el clima hogareño.
La recomendación es sencilla: apagar todo lo que no estemos usando y, de ser posible, también desenchufarlo. No solo permitirá que el hogar se enfríe, sino que también nos ahorrará una buena cifra en electricidad.
En este caso, dos técnicas bien hogareñas, pero que no por eso dejan de ser efectivas. La primera es el opuesto de lo que ocurre en invierno, donde se recomienda usar bolsas de agua caliente. Aquí se aconseja usar bolsas frías, a las que se le pueden sumar hielos, y nos permiten refrescarnos nosotros mismos… y la casa. Muchas personas las dejan en distintos rincones, sobre todo cerca de espacios que permitan el ingreso de aire.
El hielo y el ventilador suelen ser una combinación exitosa. Por lo general, se deja un balde con hielo delante del aparato, o una bolsa también funciona. Eso genera desplazamiento del aire frío y baja considerablemente la temperatura. Y no solo eso: si se le agrega un poco de sal, baja más grados y se mantiene más tiempo.
Es tan simple como efectivo: alguna ducha fría a la siesta genera que bajemos considerablemente la temperatura corporal. Hacerlo mientras la casa se refresca es el doble de efectivo. Lógicamente, puede ser un incordio bañarse cada algunas horas, por lo que hay otra alternativa.
Si mojamos las muñecas en agua helada durante un mínimo de 10 segundos, vamos a tener la sensación de refresco automáticamente. Y no solo eso: nos va a durar más de una hora, por lo que será una solución bastante rápida y efectiva. (LMN)
Esta entrada ha sido publicada el 24 de enero, 2024 18:03
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