Anteojos de sol: la importancia de usarlos y cómo elegir los adecuados para protegerse del sol

Los anteojos de sol mantienen su reinado de accesorio indiscutido de cada verano. Son una herramienta de protección para la vista y además aportan un toque de glamour al look de playa.

Los lentes de sol facilitan nuestra visión en los días brillantes y soleados. Cuando estamos al aire libre, incluso cuando está nublado, debemos cuidarnos de la radiación de los rayos ultravioletas (UV).

La luz es energía pero en exceso puede ser nociva y así como ocurre con la piel, que ante un exposición prolongada sin protección puede sufrir irritación y quemaduras, los ojos también padecen el efecto del sol. Si elegimos los anteojos adecuados pueden protegernos por muchas temporadas, pero también hay que tener en cuenta que unos lentes incorrectos pueden, con el tiempo, generar daño ocular.

 La médica oftalmóloga del Hospital Universitario Austral Irene Copati (MN 113.365) explicó que el sol emite distintos tipo de radiación, entre ellas la radiación ultravioleta. Ésta es de tres tipos: UV-A, UV-B y UV-C. “La capa de ozono casi en su totalidad filtra los rayos UV-B y UV-C, pero no así la radiación UV-A”, detalló.

Los rayos UV pueden producir daño en distintas partes del ojo: “En el cristalino producen que se ponga opaco, generando cataratas. En la mácula, que es la zona de mayor visión de la retina, pueden generar maculopatías como la degeneración macular y la maculopatía solar, que suelen ser irreversibles y producen disminución de la visión permanente. También pueden aparecer tumores en la piel de los párpados relacionados a la exposición UV. Y dos problemas bastante frecuentes son: el pterigion, un crecimiento de la conjuntiva que va avanzando sobre la córnea, suele ser muy sintomático produciendo ojo rojo y lagrimeo; y la pinguécula, que también es un crecimiento de la conjuntiva, pero es como una pelotita al lado de la córnea”, apuntó la doctora Copati.

En tanto, el médico oftalmólogo Germán Bianchi (MN 98.952), jefe de trasplante de córnea, cirugía refractiva y cataratas en la Clínica Nano, señaló que “el calor extremo genera en el organismo un mecanismo compensador que es la sudoración excesiva. Con esto, perdemos líquidos y nos deshidratamos. Los ojos no se van a deshidratar porque el sistema de lubricación mediante la secreción basal de lágrimas se adaptará, pero las altas temperaturas, sumadas al viento y otras condiciones como puede ser tierra arena en suspensión en el aire, puedan originarse queratitis. Esto es como un raspado de una parte muy sensible del ojo, la córnea. Produce sensación de cuerpo extraño, dolor ocular (moderado o muy intenso) y enrojecimiento”.

Si bien en principio no es algo grave y en muchas ocasiones se resuelve de forma natural, lo ideal es realizar una consulta con un médico oftalmólogo para evaluar si se necesita algún tipo especial de lubricante o alguna otra medida terapéutica.

El doctor Bianchi agregó que, en el verano, se dan con cierta frecuencia epidemias de conjuntivitis virales que pueden ser muy contagiosas: “Por lo tanto, si luego de haber estado en el agua, una persona tiene enrojecimiento ocular persistente por más de 12 horas, es prudente hacer la consulta oftalmológica, sobre todo si además la persona tiene otros síntomas, como dolor de garganta, oídos, cefaleas y/o fiebre”.

¿Es necesario protegerse de los rayos solares en los días nublados?

La especialista del Hospital Austral señaló que en los días nublados hay que tener las mismas precauciones que en los soleados, “ya que las nubes no filtran los rayos UV”.

El sol podrá afectar tanto la superficie ocular y también puede afectar a veces de forma irreversible la retina. “Ante exposiciones crónicas, frecuentes y repetidas al sol intenso, como el que tenemos al mediodía o su reflejo intenso que puede darse en actividades acuáticas o en la nieve, los ojos y en particular la retina puede verse afectada. Considerando que la prevención es muy simple, se deben utilizar anteojos de sol e incluso gorras con viscera también en días nublados, porque como dice el refrán, el sol siempre está. Y los días nublados también se podrán generar lesiones oculares”, recomendó el doctor Bianchi.

¿Qué cuidados en los ojos se debe tener en verano?

La arena, la nieve y el agua actúan reflejando los rayos UV como si fueran un espejo, por lo se está más expuesto a la radiación. Por eso, la doctora Copati recomendó usar gorros con visera para proteger los ojos y la zona periocular, anteojos de sol con un adecuado filtro UV y protector solar en la piel del rostro y los párpados.

“Durante todo el año, no sólo en vacaciones, debemos estar atentos al cuidado de los ojos, pero es cierto que en el tiempo de ocio y descanso, los ojos, como nuestro cuerpo, puede estar expuesto a situaciones ambientales diferentes. Así como el exceso de luz solar puede dañar la piel, también puede dañar la vista”, dijo el doctor Bianchi y reiteró que no sólo es importante el uso de anteojos con filtro UV, las gorras y sombreros también protegen la zona ocular del sol y de su reflejo en el agua, la arena y la nieve.

¿Qué tener en cuenta al elegir anteojos de sol?

La recomendación más importante, es adquirirlos en lugares habilitados, es decir en ópticas, donde uno puede asegurarse que los cristales y filtros están aprobados y certificados. Y es fundamental que tengan filtro UV.

Los lentes de sol cumplen dos funciones en el cuidado de los ojos, por un lado, absorben la luz -cuanto más oscura la lente, mayor absorción- y por lo tanto se utilizan cuando uno va a estar expuesto a condiciones de mucha luminosidad, como actividades o deportes al aire libre. Por otro lado, tienen distintos filtros, como el filtro UV, que es específico para la radiación emitida por el sol.

Lo ideal es primero realizar una consulta oftalmológica para saber si se necesita alguna prescripción en particular en los lentes de sol, incluso tal vez graduación en los cristales, tanto para ver de lejos como de cerca, recomendó el doctor Bianchi y agregó que muchas veces, “las personas compran anteojos de sol, pero al querer leer un libro en la playa, terminan utilizando los anteojos de lectura que utiliza habitualmente, sin protección solar”.

“El óptico, que es profesional auxiliar de la salud que trabaja con el médico oftalmólogo, se encargará de evaluar la receta médica, si no hay indicación especial médica especial, cada persona puede elegir el modelo que más le guste, pero hay que tener en cuenta que cuanto más grande, más protección. El anteojo puede brindar también algo de protección periférica, lo que se puede obtener con lentes más curvados”,

El filtro UV debe ser al menos del 99%, que son los cristales que tienen la leyenda UV400. Esto no está vinculado a la intensidad del color de los lentes. El anteojo más oscuro no asegura que el filtro UV sea mayor, sino que absorbe más luz que un cristal más claro”, precisó la doctora Copati.

La especialista del Hospital Austral destacó que se deben comprar en ópticas, para asegurarse que tanto los filtros como los cristales sean de buena calidad y que sean UV400 certificados. Otro detalle importante es la forma de los anteojos, que tienen que tener el tamaño suficiente como para cubrir los ojos también por los costados.

5 – ¿A partir de qué edad se pueden usar anteojos de sol?

“A partir de los 3 años de edad, los niños pueden usar lentes de sol. Tienen las mismas recomendaciones que los lentes para adultos, pero deberían ser de un material flexible, que no se rompa, y que de tamaño adecuado la cara del niño”, indicó la doctora Copati.

También se deben utilizar gorros de sol que protejan los ojos ya que el cristalino de los niños es más transparente y no filtra los rayos UV como el cristalino adulto.

“En la infancia, los lentes de sol realmente son importantes, pero también evaluando el contexto de su utilización y aplicando el sentido común: si se juega un partido de fútbol, el uso de un anteojo ante un pelotazo puede causar más daño que el efecto del sol durante 90 minutos. En infancia e incluso bebés, así como se les protege la piel, se les debe proteger los ojos, tanto con gorros, como con el uso de anteojos de sol, pero siempre debe realizarse una consulta oftalmológica previa para evaluar si el bebé o el niño además requieren algún cuidado visual especial”, concluyó el doctor Bianchi.

Fuente: Infobae

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Dra. Jessica Mineo
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