Comenzar a correr o trotar sin preparar al cuerpo para el esfuerzo es una de las principales causas de lesiones en corredores y personas que se inician en el mundo del running. Estas lesiones que se pueden ocasionar durante un entrenamiento pueden ser articulares o musculares en diferentes regiones del cuerpo y también pueden afectar al funcionamiento del corazón.
“Una de las consecuencias más graves es que, si no entramos en calor y corremos durante demasiado tiempo en condiciones de hidratación insuficientes, nos exponemos a sufrir un paro cardíaco o bien lesionar de manera permanente al corazón”, explica Pablo Nicolás Franco, maratonista de 42 km.
Franco, que se recibió de profesor nacional de Educación Física en el instituto Safyd dio a conocer las causas más importantes de por qué puede darse un paro cardíaco el salir a correr sin tener en cuenta algunas cuestiones y explicó:
Lo que siempre hay que tener en cuenta
El especialista indicó que el primer paso es saber si estamos aptos acudiendo a nuestro médico de cabecera y realizando estudios como la ergometría graduada que somete a nuestro corazón a estrés para analizar cómo reacciona.
El segundo paso es solicitar ayuda de un profesor que construya un plan de entrenamiento en función de nuestra capacidad física y nuestros objetivos. De esta manera, estamos cuidándonos de no sobreesforzar al cuerpo y terminar por hacer que se resienta o lesione.
“La industria del running como cualquier otra, busca que sus nuevos adeptos se ‘enganchen’ lo más rápido posible con la actividad. Por este motivo, muchas veces se plantean objetivos a corto plazo que son poco realistas y que pueden ocasionar graves problemas de salud. Para evitar estos inconvenientes, es indispensable que se acuda a equipos de running o profesores con buenas referencias y experiencia en el campo del entrenamiento”, enfatizó.
Entrenamiento invisible: de qué se trata
“Por un lado tenemos al entrenamiento visible que corresponde al entrenamiento que hacemos cuando salimos a correr y por otro encontramos al entrenamiento invisible que se refiere a todo eso que hacemos cuando no estamos corriendo. Por ejemplo, cómo dormimos, qué comemos y cómo nos hidratamos durante el día”, enfatiza Franco.
Y añade: “Los atletas y corredores de élite le prestan igual o más atención al entrenamiento invisible (sus hábitos saludables diarios) que al entrenamiento visible al momento de correr ya que su incidencia en la salud y rendimiento es enorme. Podemos intentar salir a correr y esforzarnos, pero si el entrenamiento invisible durante toda la semana no fue el adecuado, nuestro rendimiento va a ser deficiente: hay que cuidar nuestros hábitos diarios igual que cuidamos nuestra planificación de entrenamiento”.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 12 de enero, 2024 13:30
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