La proporción de población mayor de 65 años viviendo en Argentina se habrá duplicado en 2050 respecto a los valores de 2010 y dentro de 27 años los adultos mayores representarán el 19% del total nacional “superando la media regional y mundial”, según proyecciones de diferentes organismos destacadas en un informe del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral en vísperas del Día Mundial de la Población.
Así, si en 2010 las personas mayores eran el 10.2% de la población total (5.725.838) y se espera que para el 2025 sean el 12.7% (8.000.000 personas mayores) las proyecciones indican que casi 2 de cada 10 personas tendrán 65 años o más en la Argentina del 2050, según el reporte 2022 der las Perspectivas de Población Mundial de la ONU
“El envejecimiento demográfico es un proceso de cambio de la estructura por edad de la población, que se caracteriza por el aumento del peso relativo de las personas en edades avanzadas, y la disminución de las cohortes jóvenes”, dijo a Télam Dolores Dimier, secretaria Académica del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral y autora del informe.
“Particularmente en Argentina, estamos presenciando una transición demográfica avanzada, debido a los bajos niveles de natalidad unidos al descenso de mortalidad temprana”, agregó esta doctora en Humanidades por la Facultad de Filosofía de la Universidad de Navarra, España.
Es decir, que para el próximo cuarto de siglo “se prevé un aumento considerable del envejecimiento, manteniendo indicadores superiores a la media regional y mundial”, se informó a través de una gacetilla de prensa.
Así, mientras a nivel mundial se espera que el 16.5% de la población sean mayores de 65 años para 2050, en Argentina esas estimaciones alcanzan al 19% de los habitantes.
Frente a esta realidad, es decir, al ingreso acelerado a “una economía ‘envejeciente’ (económica, laboral, capital humano)” es necesario “políticas públicas que generen una mayor participación de la población de personas mayores” en los niveles de actividad, si no se quiere sobrecargar de “un mayor peso relativo a la población activa”.
“A nivel social, se trata también de generar una mayor consciencia de los aportes significativos que pueden proveer las personas mayores desde un cambio de enfoque, entendiendo al proceso de envejecimiento como una ‘nueva longevidad'”, dijo.
En ese sentido, apuntó que “nuestra población mayor de 60 años es un gran dinamizador de soporte y apoyo” para “las dinámicas de las familias y generaciones más jóvenes”.
“Las nuevas realidades en la vida familiar de las personas mayores, develan nuevos desafíos debido a hijos adultos que habitan prolongadamente bajo el techo de sus padres sin lograr la emancipación (“fase de crianza prolongada”, también llamada “adultez emergente”); hijos adultos mayores que cubren las necesidades y cuidados de sus padres muy ancianos (“generación sándwich”); abuelos que cumplen con funciones de crianza y tutela de menores (debido a la importante cantidad de padres institucionalizados por delitos, consumo o abuso); hijos adultos que se cobijan en el hogar paterno luego de una crisis de la familia de la generación más joven”, explicó.
Al mismo tiempo, Argentina es el tercer país de la región con menos “dependencia funcional” entre personas mayores de 65 años, es decir, con mayor “capacidad de vivir de manera independiente y de desarrollar actividades instrumentales de la vida cotidiana, factor importante para medir la calidad de vida”.
Dimier atribuyó posición comparativamente buena de Argentina a su “sistema de Protección social, sistema previsional que puede facilitar un bienestar integral en las personas mayores garantizado por el Estado”.
Hacer frente a los desafíos implicará, entre otras cosas, adoptar el enfoque de la “economía plateada”, es decir, comenzar a ver esta etapa de la vida “como una oportunidad para la innovación, el emprendimiento y la inclusión”
“Esta perspectiva propone un triple desafío ante la cultura edaísta acerca de este grupo etario frecuentemente considerado como una carga adicional para la sociedad, al estar centrado en las necesidades y las demandas crecientes de pensiones, servicios de salud y servicios de atención a la dependencia de los adultos mayores para promover una nueva visión”, dijo.
“Antagónicamente, se propondría generar oportunidades de desarrollo económico integral, junto con la promoción de nuevos emprendimientos y propuestas laborales, así como una mayor y mejor contribución de los adultos mayores, dado que las mejoras de las condiciones de salud permiten una longevidad más productiva, que engloban actividades proactivas capitalizadas por sus experiencias y realizadas por los mismos mayores”, concluyó. (NA)