Hace un mes Julieta Urbano Charras vive un infierno. El 23 de abril se encontró con un hombre en el centro de Córdoba que intentó abusar de ella. Como se resistió, la roció con alcohol y luego la prendió fuego. Hoy sigue internada en el Instituto del Quemado y espera que le den el alta, aunque sabe que su situación afuera es complicada.
“Yo estaba a punto de comenzar a trabajar. Estaba muy entusiasmada y dos días antes me encontré con este engendro. Estoy contando esto de milagro”, dice a TN Julieta y manifiesta que lo que pasó “podría haber sido un transfemicidio”.
Desde el violento episodio fue sometida a reiteradas cirugías para reconstruir y colocar injertos de piel. Sufrió las heridas más graves en el cuello, el tórax y las piernas. Un rato antes de comunicarse con TN, Julieta había sido sometida de otra intervención y habló entusiasmada por los resultados: “Es muy angustiante pero, según me dijeron, podría haber sido la última operación. Estoy un poco mejor y me da esperanza para recibir el alta pronto”.
A través de las redes sociales se difundió lo que había pasado y Julieta empezó a recibir visitas en el hospital, le llevaban donaciones: comida, ropa y productos de higiene. La joven trans de 27 años viene de una familia muy humilde y no llega a cubrir sus necesidades básicas. Por eso, se organizó una colecta para poder recaudar dinero e insumos para ayudarla.
“Para la recuperación voy a necesitar cremas que suelen ser muy caras y no tengo plata para eso. No sé lo que voy a hacer y me angustia mucho”, contó.
“Me siento sola en todo esto, estoy pasando un momento muy feo de mi vida. Tuve que soportar mucho dolor y me dan muchas ganas de llorar”, relata. Es que los primeros días se acercaron muchas personas a visitarla, pero con el paso del tiempo solo va su madre algunos minutos. Contó también que tiene una familia numerosa, son 12 hermanos y algunos sobrinitos que viven en un espacio reducido: “Ella está todo el tiempo con ellos, son muy chiquitos, van al colegio y no puede venir tanto, es entendible”.
Julieta recordó ese 23 de abril como una tragedia: “Estaba por empezar a trabajar el lunes 25 como servidora urbana para limpiar, pintar murales. Estaba muy entusiasmada por empezar a trabajar. El sábado fui a tomar algo con una amiga y terminé yendo a la Capital, donde me encontré con este engendro que es culpable de lo que estoy viviendo”.
“Yo sé que fue intencional lo que me hizo. No tengo dudas. Ahora estoy mejor gracias a Dios y siento que estoy viva de milagro por esos ángeles, vecinos que estaban en la zona, que me vinieron a salvar. Pero esto es lo peor que me pudo pasar”, expresó.
La causa quedó a cargo de la Fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual de Segundo Turno de la ciudad de Córdoba. Respecto a la situación del agresor, no está identificado ni detenido hasta el momento.
“Los primeros días me vinieron a visitar desde el Polo de la Mujer y me dijeron que el caso está en investigación. Me llama la atención porque estuvimos en el centro y ahí está lleno de cámaras. Me parece raro que no las hayan pedido, con eso podrían identificarlo. Tendríamos que haber salido en cámara los dos”, detalló.
En ese sentido, la víctima apuntó: “Es muy raro realmente que no me hayan avisado más nada. Seguro si esto le pasaba a una persona que no fuera transexual lo habrían encontrado. Es un peligro porque el tipo anda suelto y puede lastimar o matar a alguien”.
A Julieta le queda recuperarse, que sus cicatrices sanen y poder rehacer su vida. Desea fuerte poder independizarse y crecer. También desea que no haya otras víctimas de este agresor ni que ser trans sea blanco de ataque.
Fuente: TN