Federico “Fred” Machado, el empresario argentino que será extraditado a Estados Unidos acusado de lavar dinero del narcotráfico, también está sospechado de estafar a inversionistas y prestamistas por montos millonarios para adquirir jets en las que la organización trasladó cocaína, incluso, para el cartel de Sinaloa.
En el pedido a la Justicia argentina, al que accedió TN, el fiscal de Texas Ernest González explicó la maniobra por la que habría generado ganancias por $350.000.000 desde 2016.
Al igual que Leonardo Cositorto, creador de Generación Zoe, pero en una escala muy superior, “Fred” y sus cómplices -Debra Lynn Mercer-Erwin, Kayleigh Moffett y Michael Assad Marcos- están acusado de haber echado mano al esquema Ponzi: la estafa piramidal por la cual se atraen inversores para tomar préstamos que se pagaban con los fondos de inversores anteriores.
Para entender el fraude y la manera en que la banda logró tener una numerosa flota, se debe explicar cómo operaba la asociación ilícita en la que está involucrado el argentino. Nacido en Río Negro, Machado es considerado un “pez gordo” del lavado de dinero narco por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y fue capturado en Neuquén.
La fiscalía puntualizó que la organización criminal transnacional adquiría y operaba, al menos desde 2010 en adelante, “aeronaves de los Estados Unidos y otros lugares para facilitar el contrabando de drogas y de ganancias obtenidas de las drogas, así como para lavar dinero”, a través de un complejo entramado de empresas que tenían como base de operaciones a la firma Aircraft Guarantee Corp, establecida en una ciudad de Texas, sin aeropuerto.
En primer lugar, el plan incluía el uso fraudulento de registros y títulos para ocultar la verdadera naturaleza, ubicación, propiedad y control de los aviones. Para ello, el argentino y sus socios delictivos usaron fideicomisos y entidades comerciales ilícitas en ese país para adquirir y registrar aeronaves, para ocultar la propiedad extranjera ilegal y la verdadera naturaleza de sus vuelos.
Ahora bien, cuando los pilotos no lograban cumplir la misión narco, los miembros de la estructura anulaban el registro de las aeronaves y/o transferían el título a otras partes “para contribuir a la continuación del ocultamiento del control, la propiedad y la ubicación de las mismas”.
A la vez, usaban entidades comerciales y cuentas financieras para defraudar a prestamistas e inversionistas para que paguen grandes sumas de dinero para comprar aviones que no existen, que son legalmente inoperables o que son invendibles.
La estafa piramidal de “Fred” Machado para la compra de aviones narco
Según la acusación, al menos desde 2016, Mercer-Erwin, Moffett y Machado “idearon un plan y artificio, concretamente un esquema “Ponzi”, para defraudar a personas y para obtener dinero por medio de pretextos, representaciones o promesas de naturaleza falsa o fraudulenta”.
Este plan se aprovechó de la típica transacción de compra de una aeronave para engañar a los inversionistas para que depositaran cifras millonarias en una cuenta custodia de la organización criminal.
Pero esa suma, acordada como un préstamo, nunca se gastaba en la adquisición de un jet, si no que se utilizaba para un depósito reembolsable. Las ventas nunca se llevaban a cabo porque la aeronave no existe o porque le pertenece a alguien más.
Por ejemplo, el 27 de septiembre de 2019, a través de South Aviation Inc., una de las empresas de Machado en Florida, Miami, los miembros de la banda firmaron una serie de acuerdos para la compra de un avión que era invendible.
“Era invendible porque pertenecía a una aerolínea privada y se encontraba en China”, escribió el fiscal en el documento enviado a la Procunar, a cargo de Diego Iglesas, y estudiado por el auxiliar fiscal Matías Álvarez.
El 12 de noviembre de 2020, otra de las firmas del ríonegrino hizo lo mismo con una aeronave de Air India y no estaba a la venta. Este acuerdo era por un depósito reembolsable de $5.000000 en dólares. Machado firmó este acuerdo en nombre de Pampa Aircraft Financing, otra de sus firmas radicadas en la ciudad en la que vivió hasta que debió escapar.
Las ganancias obtenidas eran canalizadas a cuentas extranjeras y vehículos de inversión a través de transferencias electrónicas y otros medios para continuar apoyando y facilitando las operaciones de la estructura.
Cómo se descubrió la flota de narco jets de la banda de Fred Machado
El Departamento de Comercio, la Oficina de Industria y Seguridad, la Oficina de Control de Exportaciones y la División de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos iniciaron una investigación luego de notar irregularidades en los registros de aeronaves y que varias, a nombre de los acusados, fueron incautadas o destruidas mientras contrabandeaban drogas a nivel internacional.
Los integrantes de la organización, procuraban -mediante otra maniobra- obtener la codiciada “N” delante del número de cola que indicaba que había sido registrado en Estados Unidos.
Esa letra en la matrícula les procuraba cierta holgura para operar: los países extranjeros por los cuales surcaban tenían menos probabilidades de inspeccionar los jets cargados con droga u obligarlos a aterrizar.
El 11 de octubre de 2018, el jet N241CW fue comprado por TWA International, de Carlos Rocha Villaurrutia, otro de los involucrados. Ese mismo día registró la aeronave y presentó una Declaración de Operaciones Internacionales para volar de Phoenix, Arizona, a Ciudad Juárez, en México. El jet se estrelló en Venezuela mientras transportaba 1,200 kilogramos de cocaína para el cartel de Sinaloa.
El 19 de octubre de 2019, la aeronave N322BC aterrizó en una pista clandestina en el Distrito de Cayo, Belice, donde fue encontrada en estado de abandono. Los asientos habían sido retirados y la aeronave estaba configurada para el transporte de narcóticos.
El 16 de diciembre de 2019, el jet con el número N939RR fue incautado en Guatemala con aproximadamente 2,572 kilogramos de cocaína. Esos dos aviones también habían sido registrados por TWA Internacional y anulado su registro tras los incidentes. La fiscalía logró detectar más de una veintena de casos similares.
Entre ellos, el del jet Bombardier Challenger 604 matrícula N600AM. En enero de 2011, la Policía de España descubrió 944 kilogramos de cocaína en polvo ocultos dentro de la aeronave que había llegado a Barcelona, proveniente de Argentina. El vuelo estaba operado por South Aviation, de Machado.
Se trataba del avión de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, condenados en 2013 a 13 años de prisión por tráfico de drogas y liberados en 2020.
Fuente: TN