La provincia de Neuquén se encuentra atravesada por la intensa búsqueda de Erik Zaitsev Rusakov, un chico de 8 años que desapareció este lunes por la tarde. La principal sospecha de los investigadores apunta a un posible secuestro y hay un sospechoso por el caso: el padre del menor.
Se trata de Adrián Zaitsev, un ciudadano ruso con quien el nene no tenía relación pero que desde el sábado rondaba la casa donde la víctima vive junto a su familia materna, ya que su madre viajó a Bolivia en agosto del año pasado.
En diálogo con LMN el jefe de la dirección Seguridad Añelo, comisario Claudio Vinet, explicó que la denuncia fue radicada en la Comisaría 10 de Añelo bajo la carátula de “Ubicación y Retención de persona” y que los familiares del chico advirtieron que su padre sufre problemas psiquiátricos.
“La búsqueda se centra en Fortín Vanguardia, que es río (Neuquén) abajo. Toda la zona se rastrilla”, agregó Vinet y detalló que participan del operativo vecinos de la zona, personal de Comisaría 49 de Vista Alegre, de Seguridad Metropolitana, de la División Montada y Canes, de la División Aeronáutica con el avión sobrevolando la zona, de Defensa Civil de Añelo, de bomberos voluntarios de Añelo, de Gendarmería Nacional, integrantes de las comunidades mapuche lof Painemil y Kaxipaiñ, y el presidente de la comisión de Sauzal Bonito, entre otros.
Erik fue visto por última vez con un persona, ambos a caballo y cruzando el río Neuquén en dirección a Rincón de los Sauces. “Lo que nos interesa sobremanera es encontrarlos a los dos, más con estas elevadas temperaturas”, confió el comisario y agregó que por el momento no descartan ninguna hipótesis.
El sospechoso estuvo preso en Bolivia y se proclamó “enviado de Dios”
Adrián Zaitsev, el hombre que ahora busca intensamente la policía neuquina, ya habría estado preso en una cárcel de Bolivia por “violencia familiar”. Además, se había querido escapar de la misma y se proclamó “un enviado de Dios”.
El 19 de febrero del 2020, Zaitsev fue arrestado en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra por violencia intrafamiliar. La Policía encontró municiones entre sus pertenencias, pero ningún arma de fuego.
Cuando los efectivos le preguntaron si le había pegado a su mujer, respondió que sí y sostuvo que lo había hecho a propósito porque era a la cárcel de Palmasola donde debía ir. Detrás de las rejas, se veía sus manos y pies perforados y levantó su túnica para mostrar una herida en el costado. Dijo que unos rusos vinieron y lo crucificaron, pero que sobrevivió”, describió un portal boliviano.
En 2016, LMN lo entrevistó a él y a su familia, quienes vivían en una colonia a orillas del río Neuquén. Eran unos 20 integrantes que se dedicaban al cultivo de verduras orgánicas y a la medicina tradicional que en su país se transmitió durante milenios.
Fuente: TN