Rusia es hoy el país de las paradojas. Con millones de vacunas Sputnik V vendidas en el mundo, el país de Vladimir Putin inmunizó solo un tercio de su población contra el coronavirus y vive una explosión de casos a contracara de lo que sucede en la mayor parte del planeta donde la pandemia se muestra en retirada o al menos disminuyó su impacto.
Las cifras son preocupantes. Desde septiembre los números de muertes y contagios no paran de crecer. El último reporte oficial superó las 900 muertes diarias por primera vez desde el comienzo de la pandemia.
En total se reportaron 929 decesos, contra los 895 del martes, con 25.133 nuevos casos. Ya van ocho días consecutivos en los que se rompen récords de víctimas fatales.
Rusia ostenta además la cifra de muertes más elevada de Europa con más de 212.000 decesos, aunque son pocos los que creen que el número sea el real y algunos hasta se animan a triplicar esa cifra. Los casos totales suman 7.662.560.
Incluso se si toman los últimos siete días, el país acumula 172.719 nuevos enfermos, solo superado por Estados unidos a nivel global, y 6165 muertes, superado también por el país del norte con 11,163 fallecimientos, de acuerdo a los datos relevados por el sitio Worldometers.
Por qué aumentan los casos y las muertes en Rusia
Una de las explicaciones que se escuchan en boca de sanitaristas rusos para fundamentar esta crisis es la irrupción de la variante Delta en el país. Pero eso solo explica la mitad de la emergencia: la lentitud en la aplicación de las vacunas profundizó la aceleración de casos y fallecimientos.
Según las cifras oficiales, solo el 33% de los 146 millones de rusos recibieron hasta el martes pasado al menos una dosis de la vacuna Sputnik V. Con el esquema completo el número desciende a 29%. Muy poco para el país que registró a nivel mundial la primera vacuna contra el Covid-19 en agosto de 2020.
Qué está pasando con el sistema de salud
Esta situación comenzó a presionar el sistema de salud ruso.
En los últimos días la prensa local informó sobre largas filas de ambulancias frente a los hospitales de San Petersburgo, la antigua capital imperial y la segunda ciudad más poblada del país. Incluso, según EFE, un equipo de rescate de la ciudad de Vladimir, 180 kilómetros al este de Moscú, debió trasladar de urgencia a una paciente a un edificio de gobierno especialmente acondicionado ante la imposibilidad de conseguirle una cama en un hospital local.
El delegado presidencial de los Montes Urales, Vladimir Yakushev, citado por la agencia de noticias rusa Interfax, dijo que están ocupadas el 95% de las camas para enfermos de Covid en ese distrito que abarca seis regiones del centro de Rusia.
“La situación es terrible”, resumió.
Tatiana Gólikova, la viceprimera ministra encargada de la lucha contra la pandemia, dijo que actualmente se registran tres veces más casos que en el mismo período del año pasado. Esta tendencia se observa en 67 de las 85 regiones del país.
El foco de la pandemia sigue siendo Moscú, donde el miércoles se reportaron 3589 casos, seguido por San Petersburgo con 2187.
Cuáles son las medidas preventivas y las restricciones para luchar contra la pandemia
Ante este panorama, el presidente Putin rechazó la idea de una cuarentena estricta y dejó en manos de las autoridades locales idear planes de contingencia para paliar la crisis. Por lo pronto, varias regiones del país ya limitaron el aforo en los eventos públicos y condicionaron el acceso a teatros, restaurantes y otros locales a personas vacunadas o con PCR negativo.
Todas las miradas están puestas ahora en el plan de vacunación que marcha lento mientras millones de dosis de Sputnik V (desarrolladas a través del Instituto Gamaleya en cooperación con el Fondo Ruso de Inversión Directa) se envían al exterior. Pero Rusia ha aprobado otras tres vacunas contra el Covid-19 de fabricación nacional: la versión monodosis Sputnik Ligth, la CoviVac (producida por el laboratorio Chumakov) y la EpiVacCorona (del laboratorio Vector).
“Las cifras son realmente muy malas y esto es realmente un motivo de preocupación. La razón principal es el insuficiente nivel de vacunación”, alertó el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov.
Crece la desconfianza en las vacunas rusas
Las causas de este aparente fracaso en la campaña de inmunización son varias, aunque algunos señalan la desconfianza de muchos rusos con la vacuna. Por ello, distintas regiones decidieron copiar la estrategia aplicada en varias ciudades estadounidenses, organizando rifas cuyos premios oscilan entre importantes sumas en efectivo, automóviles y hasta viviendas.
Los rusos han sido renuentes a aceptar la vacunación, en especial por las dudas que se han generado en Occidente en torno a la Sputnik V, que no ha sido aún avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según algunos sondeos citados por agencias de noticias internacionales, más de la mitad de la población piensa no vacunarse. Pero ese no ha sido el único obstáculo. El país ha tenido muchos problemas de producción y analiza importar vacunas para acelerar la campaña, según The Moscow Times.
Y mientras crece la desconfianza en las vacunas locales, la clase más acomodada se apresura a organizar “tours” de vacunación hacia distintos países de Europa con la vista clavada en sola una vacuna: la Pfizer.
Fuente: TN