Dos ballenas que aparecieron varadas en los balnearios Nueva Atlantis y la Lucila del Mar, en el Partido bonaerense de la Costa, fueron salvadas y regresadas al mar en las últimas 48 horas por la Fundación Mundo Marino, con ayuda de la Secretaría de Desarrollo Sostenible y Ambiente del distrito, Defensa Civil, Prefectura Naval, Bomberos Voluntarios y Guardavidas, se informó este martes.
En ambos casos, vecinos dieron aviso a la Fundación Mundo Marino que, con ayuda de la Secretaría de Desarrollo Sostenible y Ambiente del Partido de la Costa, Defensa Civil, Prefectura Naval Argentina, Bomberos Voluntarios y Guardavidas, pudieron regresar a ambas ballenas al mar, informó un comunicado de la Fundación Mundo Marino.
El primer procedimiento de salvataje resultó dificultoso.
En los dos varamientos debió utilizarse la asistencia de una retroexcavadora y lingas especiales para movilizar a los cetáceos a una profundidad donde fuera posible que floten. Ambas ballenas reaccionaron rápidamente y pudieron nadar mar adentro, según el informe,
El primer procedimiento de salvataje resultó dificultoso porque el animal “dio un giro con la fuera del oleaje y quedó un momento con su espiráculo bajo el agua, expuesto a que le ingrese agua a los pulmones, pero fue rápidamente enderezada por el equipo de rescate” de unas 30 personas, explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.
El nombre de ballena “jorobada” se debe a que tienen una pequeña joroba antes de su aleta dorsal
En el segundo caso, debido al horario nocturno y la falta de luz, se constató el buen estado del animal y se iniciaron las maniobras a primera luz, sostuvo Augusto Giachetti, director de Defensa Civil del Partido de la Costa.
El nombre de ballena “jorobada” se debe a que tienen una pequeña joroba antes de su aleta dorsal que, al encorvarse antes de sumergirse, se pronuncia más.
Regresaron al mar a dos ballenas varadas en la costa bonaerense.
De distribución cosmopolita, se caracteriza por tener grandes aletas pectorales que pueden representar hasta casi un tercio de su tamaño y por tener protuberancias tanto en su cabeza como en las aletas.
Su dieta se compone de plancton y peces que se encuentran en aguas de altura media o cercana a la superficie, concluye el comunicado de la Fundación.
Fuente: Telam