El Ministerio de Salud de la Nación podría comenzar a aplicar terceras dosis a partir del mes de noviembre, tal como señaló este martes Carla Vizzotti. Esta estrategia responde a la amenaza de la variante Delta de coronavirus, que ya circula de forma comunitaria por el país pero que aún no adquirió condición de predominante.
Es tema de debate en el seno de la sede central del Ministerio de Salud en la avenida 9 de Julio. Vizzotti y sus funcionarios más cercanos entienden que los profesionales de la Salud que fueron los primeros en inocularse y las personas mayores de 60 años con factores de riesgo deben ser los primeros en recibir estos refuerzos.
La funcionaria dijo que el objetivo del Gobierno es “llegar a septiembre con las segundas dosis de la vacuna contra el COVID-19 y a partir de noviembre evaluar si estamos en condiciones de hacer un esfuerzo en personas que tienen determinadas condiciones de salud e inmunodeprimidas”.
En este contexto surge una incógnita: ¿Qué dosis se utilizarían a partir de noviembre como terceras dosis? Aunque la cuestión aún debe analizarse en profundidad, no se descarta que las primeras dosis en suministrarse como refuerzos sean las de Pfzier.
El Gobierno planea utilizar los primeros lotes de este laboratorio para inocular a los jóvenes sin factores de riesgo. Pero lo cierto es que el contrato por 20 millones de dosis permitirá inocular a toda esta población y luego tener un sobrante de al menos 6 millones de sueros. Estos son los que podría suministrarse como terceras dosis.
Según proyecciones nacionales publicadas en el INDEC la población argentina de entre 10 y 19 años en la Argentina asciende a unas 7.129.343 personas, por lo que para inmunizar a este sector de la población se necesitarían unas 14,3 millones de dosis. El contrato con Pfizer cubre a todo este rango etario. De hecho, ya hay 900 mil adolescentes con comorbilidades que ya reciben las dosis de Moderna que donó los Estados Unidos.
Según cálculos de TN.com.ar en base a los contratos ya firmados y los acuerdos de compra que anunció el Gobierno, el país aún debe recibir entre lo que resta del año y la primera mitad de 2022 más de 90 millones de dosis, que se suman a los más de 55 millones de sueros que ya arribaron a la Argentina.
Con esta importante cantidad de dosis, el Gobierno incluso podría vacunar -en un hipotético y ficticio escenario- a toda su población, que de acuerdo a las estimaciones del INDEC para 2021 asciende a 45.808.747 ciudadanos, los que requerirían 91.617.494 dosis para completar ambos esquemas. (TN)