Se trata de Pablo Arancibia, quien recibió la pena máxima a principios de julio tras confesar el asesinato de Florencia Romano en Mendoza.
En un juicio abreviado en Mendoza, el 8 de julio pasado, Pablo Arancibia reconoció haber asesinado a Florencia Romano, una adolescente de 14 años a la que había conocido por las redes sociales. Fue condenado a prisión perpetua. Pese a estar cumpliendo la pena, en las últimas horas lo denunciaron por seguir activo en su perfil de Facebook y volvió a quedar bajo la lupa de la justicia.
Si bien el uso de celulares en el penal no está prohibido debido a la restricción de visitas que todavía rige por la pandemia de coronavirus y la cuenta con la que fue “escrachado” por varios usuarios indignados en las redes no es nueva, el detalle que llamó la atención es que el último posteo lo compartió el 9 de julio, un día después de ser condenado a la pena máxima por el femicidio de la adolescente.
Tampoco es la primera vez que Arancibia hace uso de sus redes desde la cárcel. Antes de ser condenado pero ya estando detenido e imputado por el homicidio de Florencia, se filtraron mensajes que el hombre le mandó a otras jóvenes y las autoridades del Servicio Penitenciario le secuestraron el teléfono.
La nueva denuncia puso en alerta a la Justicia que, por sus antecedentes, busca determinar si Arancibia volvió a la “caza” de posibles víctimas a través de internet.
Florencia Agustina Romano desapareció el sábado 12 de diciembre de 2020. La adolescente salió de su casa en Rodeo de La Cruz y avisó a su familia que iba a estudiar a la casa de una amiga, pero en realidad iba a una fiesta en la casa de Arancibia, a la que este la había invitado después de intercambiar varios mensajes por Instagram. Pero nunca volvió.
Mientras se llevaban a cabo distintos operativos de búsqueda para dar con la menor, la investigación reveló que la víctima nunca salió del domicilio del imputado ni volvió tampoco a usar la tarjeta SUBE. Su celular se apagó el mismo sábado y el hallazgo horas después de un corpiño ensangrentado y un cuchillo a unos 70 metros de la casa de Arancibia se convirtieron en el peor indicio.
La buscaron durante cinco días hasta que un remisero se quebró y confesó que engañado por Arancibia, que le había pedido ayuda para deshacerse de un animal muerto, trasladó el cuerpo de Florencia y lo descartó en la calle Alsina, en Maipú.
Los restos de la víctima fueron encontrados envueltos en una manta y adentro de una bolsa. La autopsia determinó que fue golpeada, degollada y después prendieron fuego su cuerpo para borrar las pruebas. Tenía fracturados la nariz y el cráneo.
“No tengo herramientas para poder cuestionar esta teoría del caso y las evidencias que las respaldan”, decía en los últimos días del año pasado el abogado de Pablo Arancibia. Y la situación no cambió con el correr de los meses.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 27 de julio, 2021 14:06
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