Hace 100 años, el 22 de julio de 1921, Helena Larroque de Roffo, una joven enfermera, decidió reunir a un grupo de mujeres con un objetivo en particular: generar conciencia en la población para que las personas acudieran al médico a hacerse chequeos que pudieran detectar el cáncer en sus estadios iniciales. Al trabajar en el hospital, ella notaba que, al momento de la consulta, las pacientes llegaban con el cáncer en un estadio avanzado, lo que hacía más complejo el acceso al tratamiento, a una buena calidad de vida y restringía las posibilidades de superar la enfermedad. Ese grupo de mujeres fue el inicio de lo que luego se convirtió en la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC).
“Si bien es cierto que no todos los tipos de cáncer presentan síntomas en su fase temprana, es importante prestar atención a aquellos que sí lo hacen y anticiparse realizando los controles médicos anuales correspondientes, ya que es la única manera de aumentar las probabilidades de supervivencia y calidad de vida del paciente”, aseguró María Cristina Espil, presidenta de LALCEC.
Cada año se detectan 129 mil casos nuevos de cáncer en la Argentina, y mueren anualmente más de 60 mil personas a causa de la enfermedad. Desde el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), en 2020, se ha registrado una caída del 80% en la cantidad de estudios realizados para el diagnóstico temprano de cáncer y hubo un marcado descenso en el número de sesiones de quimioterapia y terapia radiante. Por eso, más que nunca, es momento de remarcar la importancia de la detección temprana.
“El cáncer no se incrementa ni decae por la presencia o ausencia del COVID-19, ya que su incidencia es la misma. El problema es que al disminuir la asistencia al médico no se detecta precozmente y consultan más tardíamente con más complicaciones”, detalló Carlos Silva, jefe del servicio de oncología del Hospital Británico de Buenos Aires y del Hospital Universitario Austral, y coordinador del área psicosocial de LALCEC.
Un siglo luchando por la detección temprana
Si bien la mortalidad por cáncer en la Argentina comenzó a descender de forma significativa a partir de 1980, ya en su época Larroque reconoció la importancia del tiempo en la lucha contra la enfermedad. A lo largo de un siglo, integrantes de LALCEC encontraron distintas maneras de funcionar como puente entre las demandas de la sociedad y las respuestas del Estado, dando respuestas concretas en el acceso a la salud, como sucede con el mamógrafo móvil que, desde 1999, ofrece mamografías gratuitas a mujeres en edad de riesgo y sin cobertura médica de cada rincón del país, o bien, la iniciativa “Chau, Pucho”, un equipo que empezó de la mano de un grupo de personas que estaban convencidas de que dejar de fumar es la forma más efectiva de prevenir y evitar el cáncer de pulmón.
“La detección temprana es la clave para poder controlar el cáncer en un estadio temprano. De esta forma, hay algunos tipos de cáncer, como el de mama, que tienen el 90% de posibilidades de ser curados y que el paciente tenga una muy buena calidad de vida. Se trata de hacerse los estudios en tiempo y forma, la colonoscopia, la consulta ginecológica y, en el hombre la consulta por próstata, así como en la mujer hacerse las mamografías a partir de los 40 años”, precisó Espil.
Fuente: TN