Un joven vendedor ambulante denunció que fue abusado sexualmente por al menos 15 personas, entre ellos su jefe, durante un ritual umbanda al que lo llevaron engañado. “Me violaban entre varios y me decían que tenía que tragar una víbora que me pusieron en el cuello”, contó angustiado.
En medio de una crisis de llanto la víctima habló con El Liberal y dio detalles del calvario que sufrió el domingo pasado en la zona del Parque Aguirre, en Santiago del Estero, después de aceptar la invitación de su empleador para ir a una fiesta. “Me dedico a vender juguetes, globos”, explicó el joven, que cuando su jefe se encontró con él cerca de las 22 para buscar mercadería y le ofreció después que fueran juntos a la reunión aceptó sin sospechar lo que iba a pasar.
“Mis padres ya me habían advertido que no me junte con ellos porque hacían cosas que no deben, pero yo como soy una persona buena fui con él en su camioneta”, explicó. Una vez que llegaron al lugar, se ubicaron en el sector de los quinchos, y entonces se desató la locura.
“Me golpearon y me bajaron. Me llevaban haciendo un bailecito y frente a los quinchos, me hicieron como un ritual, me pedían que me quedara quieto. Tenía una escopeta en la cabeza. Escuché tambores. Hicieron disparos. Había mujeres también”, recordó.
La pesadilla se extendió durante poco más de una hora pero cada minuto para la víctima fue eterno. Aunque intentó resistirse y luchó con todas sus fuerzas, lo superaban en número y hasta lo forzaron a tomar pastillas para someterlo. “Me violaban entre varios y me decían que tenía que tragar una víbora que me pusieron en el cuello”, afirmó.
Cuando finalmente todo terminó, el joven sostuvo que lo subieron nuevamente a la camioneta y lo dejaron tirado cerca de su casa. En estado de shock y muy lastimado, llegó como pudo hasta la puerta y apenas entró se desmayó. “Necesito ayuda psicológica porque estoy muy mal, fue muy doloroso lo que viví y quiero que se haga justicia. Que quienes me hicieron esto la paguen y vayan presos”, pidió la víctima, que radicó la denuncia en la Justicia y se abrió una investigación a cargo de la fiscal Jésica Lucas.
En diálogo con el mismo medio su mamá, Gabriela, contó que “atraviesa una crisis traumática muy fuerte”. “Está muy mal, no sale de su pieza. No quiere hablar con nadie para no recordar lo que sufrió”, precisó la mujer, tras lo cual indicó que su hijo ya tuvo un contacto con la psicóloga de la fiscalía y también con un médico forense que “le sacó fotografías de su cuerpo”.
Fuente: TN