El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA alertó sobre el crecimiento de la pobreza, el aumento de la violencia en los hogares y un fuerte incremento en el déficit de atención sanitaria.
Fuerte aumento en la pobreza; incremento en el déficit de atención sanitaria y hasta aumento en los episodios de violencia intrafamiliar son algunos de los puntos que evidenció el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) en su reciente informe. Según explicaron, un 34% de los chicos sufrió inseguridad alimentaria y más de un 15% pasó hambre: los más afectados por esta situación fueron algunos partidos del Gran Buenos Aires, y regiones de Cuyo, Pampeana y Patagonia.
“Una proporción mayoritaria de los hogares argentinos vieron reducidos sus ingresos como consecuencia de la merma del empleo, la imposibilidad de trabajar y la reducción de los salarios”, destacaron en el informe titulado “Nuevos retrocesos en las oportunidades de desarrollo de la infancia y la adolescencia”, al tiempo que resaltaron que “los costos sociales y económicos desencadenados por la pandemia fueron muy elevados”.
Según destaca el documento, el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorios (ASPO) impulsó un incremento significativo en la pobreza infantil, aunque se registró una estabilidad en la situación de indigencia, la cual fue contenida por los programas sociales dispuestos por el Gobierno. Sin embargo, la falta de presencialidad en las escuelas y comedores escolares se convirtió en una problemática.
En el último período interanual, entre 2019- 2020, el incremento registrado en la inseguridad alimentaria total fue de casi 4 puntos y alcanzó a un 34,3% de los nenes y adolescentes en el país.
En tanto, la situación más severa del riesgo alimentario, el hambre, alcanzó al 15,6%, con un aumento de 1,5 puntos. La suba en la vulnerabilidad en el acceso a los alimentos se profundizó en los nenes en edad escolar (con el 36,4%) y en los adolescentes (con el 35,4%).
En este punto, los especialistas destacan que la falta de presencialidad se convirtió en un factor determinante, ya que el cierre de escuelas durante el ASPO significó una “leve merma en la cobertura en niños/as en edad escolar, de alrededor de 5 puntos”. De todos modos, destacaron que se registró una compensación de casi 7 puntos mediante las ayudas alimentarias y la tarjeta Alimentar, que el pasado año se amplió a un 46% de los niños y adolescentes argentinos.
“En los adolescentes se registra un empeoramiento de su situación relativa entre 2019 y 2020 (un incremento de 7,2 p.p. en el umbral total y 4,5 p.p. en el severo) y la población que se vio más protegida fue la de losnenes entre cero y cuatro años”, destacaron los especialistas al señalar el impacto que tuvieron las medidas de transferencias de ingresos impulsadas por el Gobierno nacional. En este sentido, destacaron el rol del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la Tarjeta Alimentar (TA) y los refuerzos en la Asignación Universal por Hijo (AUH) para morigerar las tasas de pobreza e indigencia que podría haberse situado 8,6 puntos porcentuales por encima.
En el Observatorio de la UCA destacaron, además, que el ingreso a la inseguridad alimentaria total (IAT) o severa (IAS) también evidenció un salto. En 2019, “un 11,2% de los nenes y adolescentes padecía IAS; mientras que en 2020 trepó a 15,1%, número que representa un incremento de casi cinco puntos.
Los peores índices se registraron en algunos partidos del Gran Buenos Aires, y regiones de Cuyo, Pampeana y Patagonia, siendo que las zonas más afectadas se registraron en el Conurbano Bonaerense donde la pobreza en el segundo semestre de 2020 alcanzó al 75% de la infancia, mientras que en el interior del país este número se ubica entre el 60 y 65%.
“La incidencia de la pobreza en el Gran Buenos Aires trepó al 71,4% en el cuarto trimestre de 2020, con un 20,9% de chicos en situación de indigencia”, afirma el documento y agrega que se evidenció un “incremento de la indigencia” en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) que, pese a ser relativamente baja, “se duplicó en el último período interanual”.
Con la falta de presencialidad en los establecimientos educativos, el Observatorio de la Deuda Social Argentina buscó reflejar cuáles fueron los inconvenientes que debieron enfrentarse los chicos; tales como conectividad, dispositivos y comunicación con sus docentes.
Según señalaron, el 45,1% chicos carecen de una PC en sus hogares y entre los chicos que cursan la escuela primaria ese número trepa a 48,4%. Entre los que están en la secundaria decae a 39,1%. Ahora, entre los nenes y adolescentes pobres el número escala al 58%, frente al 20,6% de los que no son pobres.
Una disparidad superior se da entre los chicos que asisten a centros educativos del Estado contra los que concurren a instituciones privadas. “Mientras que el 98% de los niños/as que asisten a un instituto privado tienen acceso asegurado a internet, solo el 56% en escuelas estatales tienen acceso a dicho servicio”, destaca el documento.
“En Argentina, se estima que solo el 38% de los niños/as provenientes de hogares de estratos socioeconómicos vulnerables poseen una computadora, frente al 94% de los provenientes de hogares de estratos socioeconómicos favorecidos”, advierten los especialistas.
En lo que respecta a la calidad de vida de los chicos en las casas, la atención sanitaria y la contaminación ambiental, los números se mostraron más que dispares y en algunos casos hasta alarmantes, ya que pese a que “mejoró el indicador de contaminación ambiental”, las “consultas preventivas de la salud de las infancias experimentaron una regresión muy significativa”.
Según destacaron, se registró una ausencia en los controles médicos preventivos, la cual se incrementó en casi 12 puntos y se ubicó en el 31%; mientras que en lo referido a la salud bucal ese número trepó a 23 puntos y escaló al 65%. “Un estudio propio, acotado al AMBA en plena pandemia, registró que un 30% de los niños/as habían postergado su vacunación y 44% su visita periódica preventiva al médico”, señalaron los especialistas. Y añadieron: “El 60% de la infancia bonaerense depende de los servicios de salud estatales, que alcanza al 87% de la infancia en el estrato trabajador marginal y al 77% en los pobres en términos monetarios”.
En lo que se refiere a la insuficiencia actividad física, desde la UCA explicaron que se evidenció un alza de 10 puntos en el comportamiento sedentario, que ahora alcanzó al 71,3% de los chicos/as entre 5 y 17 años.
Para finalizar, el dato más alarmante se ubicó en los eventos de violencia doméstica. Según se informó al World Economic Forum (2020), con datos provenientes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, las llamadas a “la línea telefónica nacional para denunciar esta situación registraron un incremento del 67%”, con respecto al mismo mes de 2019; siendo que un 16,6% acusó que el agresor era algunos de los padres.
“La propensión al uso de las penitencias y los retos en voz alta como formas de disciplinamiento de niños/as y adolescentes se incrementaron en 20 puntos, aproximadamente, en ambos casos, alcanzando al 91% y 77%, respectivamente. Mientras que la violencia física se ubicó en el 31,4% en 2020 y las agresiones verbales llegaron al 10,3%”, concluye el documento.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 24 de junio, 2021 10:14
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