El empresario estaba acompañado por otros dos hombres, cuando se produjo el incidente, y debió salir del lugar ante la protesta de un grupo de comensales.
Alberto Samid habló tras el escrache que lo tuvo como protagonista, cuando fue a almorzar a un bodegón de Ramos Mejía, violando la prisión domiciliaria que cumple en una causa por la que fue condenado a 4 años de prisión, acusado de integrar una asociación ilícita dedicada a la evasión de impuestos.
El empresario de la carne fue echado por un grupo de comensales cuando almorzaba este lunes junto a otros dos hombres en una mesa del restaurante “Paja Rota”, en la Avenida de Mayo 836. Ante las protestas de los clientes los tres abandonaron el lugar.
“Tengo salida laboral los lunes, los miércoles y los viernes, desde las 9 a las 14. En el Mercado Central, a partir de mañana, hay un paro general por tiempo indeterminado. Tengo a dos cuadras de mi casa una parrilla. Me llaman y me dicen ‘traeme todo lo que puedas’. Salí más temprano del Mercado, les traje la mercadería, estaba esperando. Le dije al mozo ‘usted traiga la mercadería porque yo no la puedo bajar’, les llevé tres cajones. Estaba esperando que los bajen”, explicó en diálogo con Radio 10.
Samid contó que los mozos del bodegón le pidieron que aguardara un momento porque había mucho trabajo, buscando justificar el video que lo muestra sentado almorzando: “Ahí me conoce todo el mundo, vivo hace 50 años, había dos amigos que me dijeron ‘vení, Turco, sentate un cachito’”.
En esa línea, insistió: “Yo tengo salida laboral, no es que salí sin permiso, estaba dentro de la salida laboral y estaba con el permiso, estaba trabajando”.
Según pudo saber TN.com.ar, Samid tiene efectivamente habilitadas salidas laborales desde hace unos meses.
El permiso fue otorgado por el Tribunal Oral en lo Penal Económico N°1 (TOPE) y, como parte del régimen previsto, el empresario va tres veces por semana a trabajar al Mercado Central desde la mañana hasta la tarde.
El tribunal tiene a su cargo el monitoreo de la ejecución de la pena que pesa sobre el empresario y su cumplimiento, y deberá evaluar si lo que hizo Samid excedió el permiso laboral, violando así su prisión domiciliaria.
Cómo fue el escrache
Samid se hallaba almorzando un bife con ensalada junto a dos acompañantes cuando dos mujeres se les acercaron y una de ellas empezó a filmarlo con la cámara de un teléfono celular.
Una de las mujeres le empezó a preguntar al empresario de la carne si no debía estar en prisión domiciliaria y le pidió que le muestre la tobillera.
“¿No tiene vergüenza de estar acá?”, le recriminó. Samid nunca contestó y solo atinó a mirar un par de veces a la cámara e incluso se llevó un último bocado de carne antes de levantarse de la mesa.
Uno de los acompañantes del empresario le preguntó a las mujeres que realizaban el “escrache” si eran policías y una de ellas respondió: “a lo mejor sí”.
En un momento Samid se levantó de la silla y, sin decir palabra, comenzó a caminar lentamente rumbo a la puerta. Detrás de él lo siguieron sus dos acompañantes. En tanto, las dos mujeres levantaron la voz para advertir al resto de los comensales que Samid “tiene prisión domiciliaria”.
Y enseguida ambas comenzaron a gritar “que se vaya, andate chorro, ladrón, mafioso. Andate mafioso. Por vos estamos así, por gente como ustedes”.
El antecedente
Samid ya estuvo en una situación de incumplimiento ante la Justicia. Cuando se desarrollaba el juicio y estaba a punto de salir su sentencia, el empresario se fugó a Belice, donde finalmente fue detectado y arrestado.
Tras apresarlo, la Justicia lo obligó a pagar $282 mil para cubrir los costos de su captura, calculados por la Policía Federal, durante los días que estuvo prófugo en abril de 2019.
Tras su condena a cuatro años de prisión, el TOPE 1 le concedió la prisión domiciliaria en junio de 2019. Entre otras cuestiones, el tribunal analizó su situación de salud y su edad: el empresario sufre hipertensión, diabetes y tenía en ese momento un cuadro severo de estrés.
Fuente: TN