Susana del Carmen era diabética, se contagió de coronavirus y cuando necesitó un respirador solo pudieron pasarle oxígeno. El Ministerio de Salud y los trabajadores advierten sobre el colapso provincial.
Susana del Carmen Valdebenito dejó de ir a trabajar el año pasado cuando la pandemia llegó al país. Ella tenía 57 años, era diabética y sabía que si se contagiaba de coronavirus el hospital de Picún Leufú, el pueblito de Neuquén en el que vivía, no iba a poder asistirla. Allí no tienen camas de terapia intensiva.
A pesar de los cuidados, el lunes 24 de mayo Susana se contagió y 5 días después empezó a saturar bajo. No paraba de toser y cuando le hicieron una placa en la guardia del hospital, los médicos descubrieron que tenía los dos pulmones comprometidos y uno con líquido. “Mamita, ella necesita una cama con respirador urgente, yo ya la puse en la lista de espera, pero no hay”, le dijo una de las médicas a Luján, la hija menor de Susana. Tres días después Susana falleció en una camilla con oxígeno en la sala covid del hospital Dra. Nancy Ferrari de Diby, en Picún Leufú.
Este miércoles, el Ministerio de Salud junto a los hospitales privados de Neuquén lanzaron un comunicado de emergencia: advirtieron que el sistema de salud está saturado y que 57 personas esperan, como lo hacía Susana, que se desocupe una cama de terapia intensiva en la provincia.
“El panorama que avistamos -atravesando esta segunda ola- es muy complejo, con circulación simultánea de nuevas cepas en toda la provincia y una baja en la edad de internación, que ayer registró un promedio de 49,8 años”, indicaron.
Y advirtieron: “El agotamiento que arrastran los equipos se incrementa con el paso del tiempo y necesita de medidas sostenidas por toda la comunidad que permitan generar un alivio en la atención sanitaria”.
“Picún Leufú está colapsado, todo está colapsado en la provincia. Neuquén es la provincia más rica, que mueve al país pero no tenemos camas. Mi mamá murió esperando una cama”, cuenta Luján Valdebenito en diálogo con TN.com.ar. Ella también se contagió y se aisló junto a su madre y otros tres hermanos. Ninguno de ellos se pudo despedir de Susana.
Según cuenta Luján, el día que les dieron los resultados positivos toda la familia se aisló. Una amiga médica le prestó un saturómetro para poder monitorear a su mamá, paciente de riesgo. El 29 de mayo, Susana empezó a ahogarse y a saturar bajo y cuando llegó al hospital le dijeron que necesitaba una cama de urgencia. “Me dijeron que mi mamá tenía que estar internada, pero que ellos iban a arrancar un tratamiento con lo que el hospital podía hacer. Un hospital que no tiene nada, que no tiene ningún tipo de complejidad”, dice Luján.
Al día siguiente la situación se agravó. El oxígeno que Susana recibía con una cánula no era suficiente. En ese momento, la joven de 23 años empezó una campaña para tratar de conseguirle una cama a su mamá. “Llamé a todos los medios, publiqué en todas mis redes, a ver si alguien podía hacer algo, pero mi mamita no aguantó y se fue”, en este punto la voz de Luján se quiebra. “La semana que viene iba a ser su cumpleaños. 58 años”, agrega.
Arnaldo Dubin, médico intensivista y profesor de la Universidad de La Plata, explica que esta situación de muerte en las salas comunes está empezando a agravarse a medida que avanza la saturación de los sistemas de salud provinciales. “Hay muertes que podrían ser evitadas con una atención óptima. Hay pacientes intubados y ventilados fuera de la UTI que terminan muriendo”; explica el experto a TN.com.ar.
“Lo habitual es que la mortalidad disminuya a medida que pasan los meses y crece la experiencia del personal de la salud. Pero en esta pandemia fue al revés y tuvo que ver con la tensión sobre el sistema, la fatiga de los intensivistas y el desborde del sistema. Esto lleva a muertes evitables, por insuficiencias distintas”, cierra Dubin.
Luján no pudo volver a ver a su madre. Ni siquiera después de su fallecimiento: en el hospital le dijeron que por protocolo enviaron su cuerpo directamente a la casa funeraria y de allí al cementerio. Ahora, la joven reclama más cuidados y recursos para el hospital zonal.“Creo que la gente se cuidaría más si supiera cómo se siente no poder darle nunca más un beso a tu mamá”.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 3 de junio, 2021 10:36
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