Se trata de Riccardo Ceccobelli, párroco de la iglesia de Massa Martana, en Italia. “Quiero intentar vivir este amor”, explicó.
Las palabras del cura italiano Riccardo Ceccobelli cayeron como una bomba en plena misa dominical en la pequeña localidad de Massa Martana, en el corazón de Italia: “Estoy enamorado y dejo la sotana”.
“No puedo evitar seguir siendo coherente, transparente y correcto como siempre lo he sido hasta ahora. Pero mi corazón está enamorado. Quiero intentar vivir este amor”, explicó Ceccobelli, según recoge el diario italiano Corriere della Sera.
“Nunca he querido traicionar las promesas que hice, pero quiero darme la oportunidad de seguir mis sentimientos”, agregó Ceccobelli, quien reconoció que tomar la decisión le resultó difícil porque “ama y respeta a la Iglesia.”
El cura de 42 años hizo el anuncio ante el obispo Gualtiero Sigismondi, que le expresó todo su “agradecimiento por el servicio realizado hasta ahora”, y le envió sus “más sinceros deseos para que esta elección, hecha en plena libertad como él mismo le dijo, pueda garantizarle la paz y la serenidad”.
Los rumores que circulaban en el pueblo sobre el cura
Según el Corriere della Sera, la noticia no agarró a todos los 3757 habitantes de Massa Martana desprevenidos: rumores de que el cura tenía una relación amorosa ya circulaban por el pueblo y algunos afirman que habían visto a Don Riccardo paseándose con una mujer.
El párroco italiano ya fue suspendido de su servicio y se pusieron en marcha los trámites pertinentes para devolverlo al estado laico, según medios locales.
La noticia también causó sorpresa en la familia, muy creyente. Su madre, Mirella, explicó que “había rezado para que su hijo se hiciera sacerdote”.
“Riccardo es de buen carácter. De joven ya había salido con una mujer, quizás más, pero no me sorprendió cuando me dijo que quería ser sacerdote. Él es así, es sincero”, contó.
En tanto, uno de sus primos aseguró que no toda la familia entendió que se pusiera a estudiar teología y se hiciera religioso: “Se le consideraba un chico guapo, que trabajaba como obrero en una fábrica y al que quizás les hubiera gustado ver formar una familia”. Sin embargo, un cura lo invitó a viajar a Albania en un momento en que atravesaba un momento delicado y eso lo cambió todo. Fue allí donde tuvo su conversión. “Vi pobreza absoluta, no puedo quejarme de todo y que haya gente que no tiene nada”, dijo al regreso.
Su primo también afirma que Riccardo es muy querido en el pueblo y que “si de él dependiera, seguiría siendo sacerdote”. “No le importaba esta vida. Simplemente se enamoró”, concluyó.
Fuente: TN