La adolescente de 17 años estuvo desaparecida una semana y apareció semienterrada en un médano. Su familia denuncia una red de encubrimiento.
Katherine Moscoso apareció semienterrada en un médano de Monte Hermoso, en un sector que ya había sido rastrillado. Tenía un golpe en el cuello y arena en los pulmones. Había sido sepultada viva.
Al igual que la mamá de Facundo Astudillo Castro, la familia de la adolescente de 17 años asesinada en 2015, cree que su cuerpo fue “plantado” y denuncia una red de encubrimiento que apunta a la policía y a la Justicia bonaerense. El crimen, a cinco años, continúa impune.
La inquietante imagen de la adolescente que llevaba seis días desaparecida no fue fácil de digerir para los habitantes del tranquilo balneario ubicado a unos 100 kilómetros de Bahía Blanca.
Ese día sobrevino la furia: un grupo de vecinos prendió fuego a edificios públicos. La comisaría del pueblo, que quedó envuelta por las llamas, se llevó la peor parte. El incendió destruyó dos camionetas. También sufrió graves pérdidas el Centro de Monitoreo municipal.
La pueblada llegó hasta la casa del abuelo del exnovio de Katherine. “Hay que matarlo, mató a la piba”, gritaban algunos. Juan Carlos “Canini” González lloraba en el piso mientras recibía golpes y patadas. El hombre de 70 años murió camino al hospital.
Mientras tanto, la policía arrestaba a Daiana Sánchez. Según la investigación, la mejor amiga de Katherine, que padece retraso madurativo, la había matado por celos: era vecina de Canini y de su nieto, Josué, el ex de la víctima. Caso cerrado.
El fuego se disipó, los violentos fueron condenados y la única detenida fue excarcelada. Josué se suicidó en 2018. Tenía 21 años. Nunca fue imputado, pero también había sido señalado por el crimen.
El tiempo también desenmascaró, para la familia, la red de encubrimiento que une todos los puntos: la aparición del cuerpo, los incendios, el homicidio de “Canini” y la detención de Daiana.
Sostienen que la joven fue asesinada por personas vinculadas al poder político de Monte Hermoso, protegidas por la fuerza de seguridad, que “direccionó la investigación y borró pruebas para encubrir a los verdaderos culpables”.
Están convencidos de que los uniformados orquestaron el linchamiento y el incendio de la comisaría y el centro de monitoreo “donde se encontraban imágenes que pudieran comprometerlos”.
Ante todo, no creen que Daiana haya sido capaz de matarla, esconder el cuerpo, lavarlo y hacerlo aparecer repentinamente.
“No lo pudieron demostrar, se cae de maduro: ni Daiana, Canini o Josué tenían la logística para hacer todo lo que hicieron con el cuerpo. A Katherine la llevaron a una fiesta sexual y ella no quiso participar, le pegaron un golpe en el cuello, pensando que estaba muerta, la entierran viva. Después la hacen aparecer por nuestra insistencia y los reclamos”, dijo a TN.com.ar el tío de la joven asesinada, Ezequiel Moscoso.
“Yo era como el padre de Katherine. No puedo confirmar que ella no participa de esas reuniones, pero yo le revisaba el celular para ver en qué andaba y nunca le encontré nada. Lo máximo que hizo fue fumarse un cigarrillo”, agregó.
“Denunciamos a 21 personas por el encubrimiento y tenemos dos pedidos de detención de dos comisarios de alto rango. También denunciamos que 18 testigos recibieron amenazas. Con el 10 por ciento de lo que hay en esta causa, deberían presos”, se quejó.
Entre los denunciados hay fiscales, exinstructores judiciales, comisarios, policías, bomberos, exfuncionarios y empleados municipales. El escrito, dirigido al procurador Julio Marcelo Conte-Grand, todavía espera una respuesta.
Moscoso y la abuela de Katherine son representados por el abogado Leandro Aparicio, el mismo que acompaña a la madre de Facundo Astudillo Castro.
El tío Katherine ve similitudes entre ambos casos: “A Facundo le pasó lo mismo que le pasó a Katherine. La gente metió tanta presión que hicieron aparecer al cuerpo, hay policía metida y fiscales que hacen las cosas al revés. Esperemos que ahora nos escuchen”, se ilusionó.
“Mi sobrina iba a la escuela especial, soñaba con ser madre, tener novio, todo lo que le pasa a una chica de 17. Su mundo era escuchar música, le gustaba ir al boliche. Ella era muy alegre y muy buena. No tenía maldad. No sé cuál de todos fue, pero uno de ellos fue el que le pegó y la mató”, dijo su tío.
“Hoy, Katherine es mala palabra en Monte Hermoso. Es algo de lo que no se habla”, lamentó.
La hipótesis del crimen: fiestas sexuales, droga y un homicidio por encargo
La querella ubica el comienzo de la trama que terminó con el homicidio de “Kathy” en un momento concreto: en el interior del boliche Arenas, la madrugada del 17 de mayo. En ese lugar, algunos testigos la vieron conversando con Martín Fernández, dueño de la disco y hermano del por entonces intendente de Monte Hermoso, Marcos Fernández.
También la vieron interacturar con los “patovicas” Martín Iribarra, Pedro Rupell, y David “Kun Kun” Tello.
Aparicio considera que hay pruebas de que los cuatro hombres llevaron a Katherine a una casa llamada “La Érica”, propiedad de Sergio “El Pelado” Sanchéz. En esa propiedad, se habrían desarrollado fiestas sexuales.
“Canini” era un conocido proxeneta de la zona que habría prestado sus servicios a los organizadores de esas reuniones.
“Es innegable la relación íntima entre los policías denunciados, con los homicidas de Kathy como así también es innegable la relación entre ellos y las actividades de narcotráfico que han convertido a Monte Hermoso en un pueblo narco”, escribió el abogado al denunciar una asociación ilícita detrás del homicidio de la adolescente.
En “La Érica”, una perra rastreadora detectó la presencia de la víctima. También en la camioneta de Sanchéz, que fue alcanzada por las llamas la noche de la pueblada.
Aparicio no tiene dudas de que el ataque fue “perfectamente sincronizado” y tuvo como objetivo borrar los rastros genéticos de la víctima del vehículo y las grabaciones del centro de monitoreo.
El abogado no deja fuera la “complicidad judicial”. En este caso, acusa a los fiscales Sebastián Foglia y Maurcio del Cero de desviar la investigación y borrar pruebas para proteger y encubrir el comportamiento irregular, ilegal y delictivo de los policías encargados de la investigación y los bomberos a cargo de la búsqueda.
Otra presunción de la querella es que el asesinato de “Canini” no fue causal. “Podría haber declarado respecto de las fiestas sexuales con distintas personas allegadas al poder”. Sospechan que se trató de un crimen por encargo para silenciarlo.
Las características que rodean al caso también lo asemejan, para la querella, al caso de María Soledad Morales y Paulina Lebbos.
Testimonios y balas
El mismo día que apareció el cuerpo, sonó uno de los equipos Nextel en el centro de monitoreo de Monte Hermoso. Atendió una empleada.
“El que hablaba usaba jerga tumbera y alguien de fondo se reía. Dijo que había una bala 9 mm para cada uno de nosotros y después de que quemaron toda nuestra zona de trabajo, compañeros encontraron balas”, contó uno de los testigos.
La denuncia por amenazas fue archivada.
Fuente: TN
