Desde que llegó la pandemia, muchos descubrieron una pasión oculta. Cocinar en el hogar se convirtió en una tarea mejor de lo esperada. Creció la cantidad de tutoriales y la masa madre se convirtió en la estrella. Todo influyó para que el consumo de harina hogareña se duplicara en la cuarentena.
De los 120 molinos que existen en la Argentina, 20 producen harina para vender en envases de un kilo. De lo que producen el 60% se vende en panaderías, el 30% a fábricas de pastas, galletitas y fideos y un 10% es para venta hogareña.
Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), señaló, “Como mínimo, hasta ahora, vemos que se duplicó el consumo de harina en las casas de familia en la cuarentena. Es un producto muy noble y económico, el kilo de harina cuesta entre los $40 y $70 y rinde hasta cuatro pizzas o 1,300 kilos de fideos. Cuesta muchísimo menos que la mitad de un atado de cigarrillos y permite que se alimente una familia completa. Estamos sorprendidos porque tuvimos una demanda inesperada”.
Los 20 molinos que envasan harina por kilo tuvieron que doblar su producción. “Producían 40.000 toneladas mensuales para los hogares ahora son 80.000 toneladas mensuales en presentación de un kilo. Estimamos que este año el consumo per cápita de harina en hogares que hace una década rondaba los 83 kilos, alcanzará los 90 kilos. Un crecimiento histórico, que no puedo confirmar, pero creo que hace 50 años que no se llegaba a este número. La producción interanual podría aumentar entre un 5 a un 10% en la molienda”, explicó Cifarelli.
El fenómeno de la harina es curioso. “Cuando arrancó la pandemia el consumo de harina en panaderías cayó casi un 40%, la gente hacia todo en su casa, pan y productos dulces. Con el correr de los días, mejoró la venta en panaderías y hoy están en una baja que ronda entre el 15 y 20%. Vale aclarar que el consumo hogareño, compensa esta baja y la caída en consumo de la gastronomía y en las fábricas de pastas. Por mes se muelen para abstecer 500.000 toneladas de trigo para el consumo”, explicó desde FAIM.
En el sector molinero cruzan los dedos para que el alza en el consumo continúe en la postpandemia, están esperanzados que la pasión por la cocina dure por mucho tiempo. Saben que el cierre de los locales gastronómicos también colabora para que todo se haga en casa.
Aunque las ventas estuvieron bien, el sector molinero explicó, “Estamos haciendo un enorme esfuerzo para poder mantener los precios, hemos tenido un incremento incesante en nuestra materia prima. Tenemos una responsabilidad social de abastecimiento pleno, pese al congelamiento del precio, no faltó un sólo kilo de pan a lo largo de todo el país. Pero el trigo aumentó y es el 80% del costo de nuestra mercadería”, señaló. Una bolsa de 25 kilos ronda los $700 final promedio en todo el país.
Fuente: BAE Negocios
Esta entrada ha sido publicada el 24 de julio, 2020 10:24
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