Fue la primera médica argentina. Luchó contra la epidemia de cólera de 1886 y creó la Escuela de Enfermeras. Mantuvo intensas batallas para que las mujeres se capacitaran.
Es una calle de Puerto Madero, una inspiración, un hospital, una plaza de San Telmo, una estampilla oficial y un homenaje a destiempo. La figura de Cecilia Grierson es todo eso y ahora será algo más: será el rostro intachable del futuro billete de 5.000 pesos, que podría circular desde junio y sería el de más alta denominación del país. ¿Por qué? ¿Cuál es su historia?
Cecilia nació en otra era, el 22 de noviembre de 1859, y se convirtió en la primera médica argentina y la pionera en Sudamérica en obtener untítulo universitario. Enfrentó los prejuicios de un mundo que no daba a la mujer ni el voto ytuvo que alargarse la pollera para parecer mayor y obtener autorización para trabajar como maestra rural.
Su espíritu de lucha en favor de los derechos de la mujer quedó reflejado en su archivo personal, revelado hace seis años por la revista Viva. Contiene cartas manuscritas, diplomas, medallas, libros y fotos catalogadas por el departamento de Colecciones Especiales y Archivos de la Biblioteca Max von Buch de la Universidad de San Andrés.
“Eras una niña juguetona, alegre, muy buena como hasta ahora, que acumulabas cada vez mayores simpatías en todos los que tratabas”, la recordó Eusebio, un amigo de la infancia, en una carta que sirve para empezar a armar una semblanza de esta mujer de avanzada.
“Ya maestra -continúa la misiva- tu pensamiento buscó nuevos horizontes, quisiste estudiar medicina, ser apóstol. Fuimos los primeros en aconsejarte que siguieras tu ideal. Yo tenía confianza en tu inteligencia, en tu honradez acrisolada y en tu firmeza de carácter. Y posponiendo prejuicios y miserias que habrá perdonado tu noble corazón, saliste triunfando y seguiste triunfando, en las iniciativas provechosas en bien de la Humanidad“.
A los 15 años, comenzó a enseñar; a los 23, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires; a los 25, luchó contra la epidemia de cólera en la Casa de Aislamiento (hoy Hospital Muñiz) y a los 26, fundó la primera “Escuela de Enfermeras y Masajistas (kinesiólogas)” del país, que dirigió durante tres décadas a jeringa y voz alta, porque tuvo que pelear con las autoridades que le retaceaban fondos y personal.
Se recibió de médica y su tesis, titulada “Histero-ovariotomias efectuadas en el Hospital de Mujeres desde el año 1883 hasta 1889” recomendó extremar los cuidados higiénicos de las pacientes y la asepsia de médicos y enfermeros, condiciones que en esa época no eran prioridad y podían ayudar a salvar vidas, como hoy. “Toda insistencia sobre estas precauciones nunca será exagerada”, se anticipó, un siglo antes de que se hablara de los “virus hospitalarios”.
En 1894, se presentó a un concurso en la Universidad para cubrir el cargo de profesora en la cátedra de Obstetricia para Parteras. Tenía más méritos que sus oponentes, pero la compulsa fue declarada desierta, porque la docencia universitaria era entonces un terreno vedado a las mujeres.
Pero no se detuvo. A los 35 años, Grierson fundó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios. Y a los 40, viajó a Londres para ejercer la vicepresidencia del Congreso Internacional de Mujeres y realizar un curso de ginecología en París. En 1900, fundó el Consejo Nacional de Mujeres y la Asociación Obstétrica Nacional.
En 1914, llegó el tiempo de la reivindicación: en las Bodas de Plata de su egreso, sus compañeros la halagaron como nunca y la pusieron en el centro de la foto grupal. La “obrera del pensamiento” había conquistado su silla de alteza de la medicina popular.
En otra carta manuscrita, de febrero de 1923, Cecilia Grierson deja un legado romántico de su vida, donando lo poco que tenía para la creación de una escuela, luego de pelear por una jubilación para la que no le reconocían aportes suficientes, pese a haber trabajado más de 40 años. Apenas pidió que conservaran los árboles y que la dirección de la escuela estuviera a cargo de una maestra “con espíritu verdaderamente misionero”.
La Colección Cecilia Grierson tiene diplomas y medallas que le dieron la Cruz Roja, el Grupo Femenino Unión y Labor, las universidades y hasta los Bomberos de La Boca. Hay también un prendedor, en una cajita de tela cosida a mano, con las “CG” iniciales en letra gótica, para lucir en el pecho, el lugar del orgullo.
Hay dos años emblemáticos en la trayectoria de Cecilia Grierson. El primero habla de prejuicios; el segundo, de superación:
1894, cuando no le concedieron la cátedra universitaria porque era mujer, y 1914. Ese año, fue agasajada con un banquete en el Majestic Hotel por sus compañeros de colación, todos varones. Dio el discurso central en esas Bodas de Plata y fue aplaudida por sus colegas.
Hitos de su vida
1859. Nacimiento. Fue el 22 de noviembre. Su padre, John Parish Robertson Grierson, era descendiente de colonos escoceses. Y su madre, Jane Duffy, tenía origen irlandés.
1885. Impulso a la enfermería. Fundó la primera Escuela de Enfermeras de Sudamérica, entidad que dirigió hasta 1913. Peleó con las autoridades sanitarias por recursos y mejores instalaciones.
1889. El gran logro. Se graduó como médica, con una tesis sobre ginecología, y comenzó a ejercer en el hospital Ramos Mejía. Fue la primera mujer que obtuvo título universitario en el país.
1923. Un último gesto. Ya jubilada, donó un terreno en Los Cocos, Córdoba, para construir una escuela.
2016. Reconocimiento global. Google la distingue en su portada de búsqueda de contenidos, el 22 de noviembre, al cumplirse 157 años de su nacimiento.
2020. Homenaje. Su rostró aparecerá en el billete de 5.000 pesos, delante de la figura del médico sanitarista Ramón Carrillo, primer ministro de Salud del peronismo, reconocido por su trayectoria en salud, pero cuestionado en estas horas por presunta cercanía al nazismo. La imagen de Cecilia Grierson, en cambio, no recibe ninguna impugnación.
Fuente: TN